Por Luis Fernando García Forero.- El arzobispo de Bogotá, Monseñor Luis José Rueda Aparicio, hizo un contundente llamado a todos los colombianos para que no se siga aplicando justicia “por nuestra mano, no vayamos a eliminar al otro, a quitarle la vida porque me hace estorbo y me hizo el mal” y fue enfático en señalar que se necesitan profetas de la reconciliación para salvar vidas en Colombia.

El máximo jerarca de la Iglesia Católica en el país, Monseñor Rueda Aparicio, en la homilía dominical, invitó a los feligreses para que en la Semana por la Paz que se inicia a partir de este lunes, se aplique y acepte el perdón y se pueda iniciar el camino del entendimiento.

“Nos estamos acostumbrando a la intolerancia, a rechazar al otro, cuando somos capaces de ser hermanos fraternos y descubrirnos como hijos de Dios, ver en el otro, incluso en el que piensa distinto y en el que se equivoca, ver la figura de Dios nuestro padre, descubrir en él la dignidad. Ese hombre, esa mujer que está por caminos equivocados tiene allá en el fondo la imagen y semejanza de Dios que debo ayudar a construir”, afirmó al arzobispo de Bogotá, monseñor Rueda Aparicio.

Llamó la atención para que en el país se actúe con misericordia, fraternidad y compasión, porque allí se empieza a respetar la vida y encontrar caminos de paz, empezando por la familia, las localidades y las regiones del territorio patrio, corrigiendo el mal comportamiento y actuando como misioneros del diálogo, el respeto y el cuidado de la vida, para vivir en paz.

Monseñor Rueda Aparicio insistió en que “se necesitan profetas de la reconciliación, profetas del diálogo, profetas de la palabra oportuna para salvar la vida del otro. Es lo contrario de la venganza, del desquite, es lo contrario de destruir al que se equivoca”. 

Corrección Fraterna 

El Arzobispo de Bogotá dijo que cuando hay una corrección fraterna se superan dos extremos viciosos: “El desquite, la guerra, la violencia. Me la hizo, me la paga, como se equivoca, entonces lo eliminó del camino porque se convierte para mí en un problema, en enemigo a quien debo destruir. El otro extremo es no corregir, hacernos los de la vista gorda, alcahuetear, dejar pasar porque nos falta fortaleza, sabiduría y espiritualidad para acercarnos y corregir”.

Monseñor Rueda Aparicio pidió que en esta Semana de la Paz se reflexione sobre “la necesidad de aceptar los errores cuando el otro con amabilidad, con humildad, con fraternidad sincera se acerca para decirme que me he equivocado, necesito el don de la paz en mi corazón para poder aceptar que me equivoqué y que Dios, a través de otro, me está mostrando un camino nuevo”.

En la Eucaristía, que estuvo acompañada por monseñor Héctor Fabio Henao, director del secretariado nacional de Pastoral Social, el Arzobispo Rueda Aparicio destacó la labor de esa misión de la Doctrina Social de la Iglesia en las distintas jurisdicciones del país.

“Son misioneros de la reconciliación mostrando cómo se pueden solucionar los conflictos por la vía del diálogo y del perdón. Hemos sido testigos en Colombia de hombres y mujeres que han pedido perdón y lo han recibido de parte de las víctimas cuando el victimario y la víctima se miran a los ojos, se reconocen como hermanos. Ahí hay un signo de la presencia de Dios que los desarma, les quita  todo rencor y el deseo de venganza. Ahí nos encontramos como miembros de la familia del único padre y podremos entonces darnos la mano con un abrazo de sanación y de perdón”, afirmó monseñor Rueda Aparicio al recordar el encuentro que presidió el papa Francisco entre víctimas y victimarios en Villavicencio.

“Allí se produjo un grito de esperanza, paz y reconciliación, que no podemos olvidar”, puntualizó el Arzobispo de Bogotá, monseñor Luis José Rueda Aparicio.

Bogotá, D. C, 6 de septiembre de 2020

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