El inicio de la VI Cumbre de las Américas en Cartagena no solo puede significar una nueva era en la diplomacia e integración del continente, sino un paso definitivo en el diálogo entre Washington y La Habana.
Este “milagro” geopolítico –impensable cuatro décadas atrás– se ha comenzado a gestar, gracias a los buenos oficios y la visión del presidente de Colombia Juan Manuel Santos.
Santos, podría graduarse con “honores” si logra sentar en la misma mesa a Estados Unidos y Cuba, como una puerta de entrada a que el país isleño, participe y sea protagonista de primer orden en la Cumbre hemisférica, que se llevará a cabo dentro de dos años en Panamá.
En otras palabras, la integración no puede seguir desconociendo a Cuba. Hay un clamor general de los países de América Latina para que el “bloqueo económico” impuesto por Washington a La Habana termine y de paso, a una discusión abierta y decidida de análisis de la lucha contra las drogas.
La tarea diplomática no es fácil. Tampoco será propiamente un camino de rosas. Mucho menos, tendrá una fecha definida en el tiempo en materia de cristalización, sin embargo, el solo hecho que el escenario geopolítico se trata en el marco de la VI Cumbre de las Américas, es un gran logro de la política exterior de Colombia y de su presidente Juan Manuel Santos.
Lo evidente es que la VI Cumbre tiene “aire diferente”, una disposición de los países para alcanzar consensos sobre temas de primer orden de la región: uno de ellos la lucha contra las drogas, la seguridad, la educación, la integración energética y la infraestructura, pero además sin dejar por fuera la lucha contra la pobreza..
Si se cumple la meta, se pasará en un salto cualitativo y cuantitativo de la retórica a la acción, teniendo en la mira la nueva relación diplomática entre Estados Unidos y Cuba.
Santos tiene el escenario y el momento propicio para ser uno de los protagonistas y lideres de la integración americana, sin dejar por fuera a ningún país del continente, no importa cual fuere el sistema de gobierno que se esté imponiendo en cada una de las naciones que lo integran.
