Al parecer la prolongada luna de miel de la administración Santos está llegando a su fin; primero fue el retiro del articulito sobre el fuero militar del proyecto de reforma de la justicia el que agrietó su monolítica Unidad Nacional y ahora es la reacción tardía de los congresistas frente a la reforma del régimen de regalías que ellos mismos prohijaron la que tiene en ascuas al Gobierno.

Después que mataron el tigre ahora se asustan con el cuero. Primero aprobaron en volandas, sin parar mientes, el Acto legislativo 05 de 2011 y luego la Ley que lo desarrolla, a la cual sólo le resta la aprobación de la conciliación de los textos de Senado y Cámara. Si bien ambas iniciativas tuvieron su origen en el ejecutivo, no encontraron mayores tropiezos en el Congreso de la República para su aprobación. La aplanadora de las mayorías le funcionó al Gobierno con envidiable docilidad.

El discurso del Ministro de Hacienda y su metáfora de esparcir la mermelada en toda la tostada nacional persuadió a los más y disuadió a los menos. Nadie le preguntó al Ministro por qué sólo se prometía redistribuir la mermelada de las regalías, no así la de los impuestos que le tributan las empresas que explotan los recursos naturales no renovables al Gobierno Central. Y estos ingresos son mucho mayores que aquellas; según las proyecciones del Ministerio de Minas y Energía, se espera recibir $360 billones entre 2010 y 2020, de los cuales $100 billones corresponden a  regalías y $260 billones a impuestos.  A este propósito cabe destacar que sólo ECOPETROL le pagó a  la Nación por concepto de impuestos en 2011 el equivalente al monto total de las regalías que cancelaron la totalidad de las empresas que explotan la minería y los hidrocarburos en el país, 7.9 billones (¡!). En consecuencia, lo lógico es que si se trata, por razones de equidad, de untar la mermelada en toda la tostada nacional, que sea toda la mermelada y no sólo la de las regalías.

Era de prever que esta reforma del régimen de regalías iba a despertar el rechazo y la airada protesta de parte de los departamentos productores y los municipios portuarios a los cuales se les arrebataron lasregalías directas a las cuales tenían derecho con el régimen anterior. Y no era para menos, pues, aunque el Gobierno adujo que no verían menguados los ingresos que venían recibiendo por dicho concepto, otra es la real realidad plasmada en el presupuesto del Sistema General de Regalías (SGR) correspondiente a la vigencia 2012 expedido por el Gobierno mediante el decreto 4950 del 30 de diciembre de 2011. Como lo denunció el Presidente de la Cámara de Representantes y Director del PLC, que hace parte de la coalición de gobierno,  Simón Gaviria, “cuando se estaba dando el debate a muchos congresistas les dijeron que su región iba a recibir tanto o más con e nuevo esquema de regalías”. Pero la verdad monda y lironda es que del 78% de la totalidad de las regalías en promedio que venían recibiendo pasan a recibir como participación directa sólo el 22.75%, y eso en este primer año considerado como de transición, porque al término de esta, que es de sólo 3 años, quedará en un anémico 9.1% (¡!). Es decir, que lo peor para ellos está por venir.

Pero, se dirá por parte de los defensores del nuevo SGR que los ingresos que las entidades territoriales dejarán de recibir como participación directa se contrarrestaría con aquellos que les serían asignados en los multifondos creados. Pero, no hay tal; empezando por que tales recursos son sólo una especie decupo indicativo al que pueden acceder y por ello mismo no pueden ser apropiados en sus presupuestos de ingresos y gastos. Definitivamente, al Gobierno y al Congreso de la República esta vez se les fue la mano.

 

Riohacha, abril 7 de 2012

 

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