La Secretaría General de Medellín demandó ante la Justicia Administrativa al Instituto Politécnico Colombiano Jaime Isaza Cadavid (Pcjic), el día 12 de marzo, con la pretensión de que se reconozca al Municipio la suma de 219 millones de pesos mas intereses moratorios a partir del 23 de enero de 2008, por manejos indebidos en el convenio de cooperación Nro. 4800001284 suscrito por la Secretaría de Desarrollo Social de Medellín, con el Pcjic, en la suma de 2.050 millones de pesos destinados al proyecto Jóvenes Con Futuro. 

Esta demanda se conoció por notificación de la Contraloría de Medellín a dirigentes sindicales del Pcjic.

El convenio en comento consiste en “Desarrollar la formación para el trabajo de 1.000 jóvenes de Medellín, que no hayan estado vinculados al conflicto armado y que residan en zonas con problemas de exclusión social y generación de ingresos”.

La ejecución estuvo bajo la responsabilidad del entonces Vicerrector  de Extensión del Politécnico y hoy su rector, doctor Gilberto Giraldo Buitrago, convenio liquidado   unilateralmente por el Municipio de Medellín el 9 de octubre del  2007 por la revelación de anomalías graves, como el hecho de haber sido cedido  a la Corporación Interuniversitaria de Servicios –CIS-, pese a la prohibición expresa establecida en su cláusula décima cuarta. En la resolución respectiva se consignaron gravísimas anomalías como: presentación de cuentas de cobro a nombre de terceros que no laboraron en el programa; recibos de entrega de dineros a jóvenes,  sin registro de los valores entregados a cada uno de ellos; compras de alimentación habituales en la central mayorista, extrañamente realizadas en los almacén Éxito de El Poblado, en Carulla de la Ceja, Guadalcanal y Las Palmas y adquisición en estos lugares de artículos extraños al programa.

En los soportes entregados por el Politécnico al Municipio de Medellín, aparecen facturas impertinentes para este tipo de convenios: “vinos de Australia y de Uruguay, crema de whisky, aguardiente, ron, cerveza, cigarrillos, brassieres, pantis, medias veladas, toallas higiénicas, desmaquilladores, accesorios de disfraz,  shampoo, decolorantes y colorantes, suavizantes de ropa, alpiste, radiotransistores con auricular, concentrado para caninos, raquetas, termos, tarjetas de regalo, calcetines, cuchillas de afeitar, cojines para bebé, copitos, leche Klim, compotas, vaselina, tortas, obleas con arequipe, helados, ensaladas de frutas, devocionarios y viagra”. Y si algo faltara,  pago de parqueaderos, recargas de celulares y adquisición de instrumentos de percusión.

Razones suficientes tuvo la anterior administración de Medellín para liquidar el convenio y razón consecuente tiene la actual administración para cobrar,  por la vía ejecutiva, esos desmanes de una entidad llamada a dar ejemplo, por ser formadora de los futuros líderes de Antioquia.

Parece que la corrupción va cubriendo todas las actividades de la vida nacional y surge la pregunta ingenua: ¿Qué hacen los organismos de control y la Fiscalía?

 

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