En los últimos días se ha intensificado el ataque de varios sectores políticos y periodísticos en contra de la Justicia. Mala cosa, los fallos y las investigaciones judiciales deben ser enfrentados en  los procesos y no en los medios.

En no pocos casos estos ataques vienen acompañados de manifestaciones cargadas de una ignorancia grave, que dejan la sensación de que están más bien deslegitimando una de las ramas del Poder Público que informando a la opinión.

La doctora Viviane Morales Hoyos ha sido uno de los blancos preferidos de quienes tienen investigaciones pendientes o de sus amigos obsecuentes. La fiscala tiene derecho a su vida privada, con tal de que asuma las investigaciones con solvencia moral y  conocimiento. Jamás he dudado, porque la conocí de cerca, de la capacidad, de las solvencias moral y profesional de la doctora Morales.

En el proceso que se le sigue al doctor Luis Carlos Restrepo, ex comisionado de paz, se le ha tildado de parcializada y al fiscal de conocimiento se le ha dicho que viene utilizando un lenguaje áspero en las acusaciones y que simplemente está persiguiendo al psiquiatra Restrepo.

Todo el país acepta que existió una desmovilización falsa con el supuesto frente Cacica Gaitana. Desde el mismo momento de esa desmovilización los medios de comunicación hicieron denuncias por la presentación personal de la supuesta tropa: uñas arreglada e impecables, ropa nueva, armas inservibles, cabelleras lozanas que no habían recibido la inclemencia del sol, figuras que más parecían personajes recogidos de la calle a última hora, y un avión que entregaron, había sido decomisado por el Estado años atrás.

Lo lógico frente a estos hechos es iniciar una investigación y obvio, el encargado por el Gobierno para estas actividades era el doctor Luis Carlos Restrepo y también obvio que las investigaciones se dirigieran hacia el responsable directo.

La labor del fiscal es recoger la prueba y acusar. La labor de la defensa es aportar las pruebas a favor de los acusados y la misión del juez de garantías es evaluar el dicho del uno y del otro y proceder a definir si existe mérito para detener o para acusar a los indiciados.

No veo como la Fiscalía, con el nuevo sistema, pueda capturar a Luis Carlos Restrepo. Si Restrepo tiene la convicción de que es ajeno a los hechos, pues debe hacer valer sus pruebas dentro de las audiencias, que por lo demás son públicas. Huir es un mal síntoma. Todos los respetuosos del Estado de Derecho debemos someternos a las reglas de juego, por duras que sean.

Algunos medios, especialmente algunas damas con columna han sido particularmente muy duros con la fiscala. Injusto, más cuando utilizan dos raseros distintos: cuando los bandidos descalifican a los amigos de Uribe protestan: “No se le puede creer a esos bandidos”; pero cuando otros bandidos o los mismos cuestionan a la fiscala o a su esposo, no dudan en hacerse eco de las infamias.

A la Corte Suprema de Justicia, órgano límite de nuestra jurisdicción ordinaria, también la descalifican con virulencia inusitada. La Corte es una institución seria y respetable y por encima de todo, hay que acatar las providencias judiciales y/o controvertirlas dentro de los expedientes judiciales y no en los medios de comunicación. Ahora bien, jueces y fiscales deben ganarse el respeto con decisiones sustentadas en pruebas sólidas, no en fábulas de quienes tanto dolor y muerte le han aportado a Colombia. Por el camino escogido de desinstitucionalizar a la rama judicial, vamos rumbo a convertirnos en un país inviable. ¡Ojo con eso!

 

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