Por Diana Marcela García Barón.- La decisión de la jefatura única del Partido Liberal, el ex presidente César Gaviria Trujillo, de adherirse a la candidatura de Iván Duque Márquez, va en contra de todos los principios e ideales de la histórica colectividad roja. 

Esa determinación le dio una estocada al Partido Liberal… ¡El liberalismo ha muerto! Eso nos duele a miles y miles de liberales que desde las bases, de una u otra forma, principalmente con el voto, han luchado para recuperar el poder y gobernar a Colombia. 

El interés personal de un Expresidente, que llegó a la jefatura de Estado porque recibió las banderas del inmolado Luis Carlos Galán Sarmiento, por parte de su hijo, Juan Manuel, y que ahora está arrepentido de haberlo hecho, permite establecer el desastre y hundimiento del partido del pueblo. 

En mis recuerdos quedará aquel partido que luchaba por mantener y proteger la institucionalidad del país, la cual se está viendo en peligro con propuestas como la “Reforma a la Justicia” del candidato Iván Duque y que tiene como base la unificación de Cortes, eliminando así uno de los grandes avances de la constitución del 91: la creación de la Corte Constitucional donde está consignada la tutela, entre otros derechos fundamentales. 

Duque es la antítesis de los ideales liberales, debido a que pone a un lado el Estado laico e invoca que la biblia será su guía en su gobierno. Cuenta con el apoyo de Vivian Morales quien promovió un referendo discriminatorio frente a la adopción de niños para las parejas del mismo sexo. Se le suma la fuerza de derecha, más no electoral, del ex procurador Alejandro Ordoñez, quien también ha discriminado a las parejas del mismo sexo y que busca que se les prive de la posibilidad de crear una familia. 

Con la decisión personalista de Gaviria, el liberalismo pone a un lado su lucha contra la utilización de la fumigación como método para la erradicación de los cultivos ilícitos, olvidando el daño que no solo le causa esta práctica al medio ambiente, sino también a todos los campesinos que lo único que conocen y saben hacer es trabajar la tierra, tierra que será infértil debido a la fumigación. 

Irónico es que quien apoyó de manera abierta el proceso de paz, sea hoy quien invite a los liberales a apoyar al candidato a la presidencia por el partido Centro Democrático, un Partido que ha mostrado abiertamente su rechazo al posconflicto, a la JEP y que busca hacer trizas el acuerdo de paz. 

Quién juró llevar en alto las banderas del partido liberal luego de la muerte de quién dio su vida por su patria y su partido, el Señor Luis Carlos Galán, hoy decide darle la espalda a un colectividad con historia en reivindicaciones sociales y progresistas, y a cambio, pide votar por una opción a la Presidencia que entierra al liberalismo y que da la posibilidad de reencarnar a Uribe en el poder. 

Sí es cierto que la política es dinámica, pero es vergonzante que un ex presidente Liberal, a su antojo, sin el mínimo respeto por los ideales e idearios liberales y que están incrustados en las necesidades del pueblo, haya abusado arbitrariamente acompañar la candidatura del Centro Democrático. 

Se quedará solo el expresidente Gaviria, mirando el horizonte de Simón, no el grande: Bolívar, sino de su hijo, quien en el camino del nepotismo, los liberales le van a recordar que quien gobernó a Colombia con la bandera liberal de 1990 a 1994, pidió el apoyo a una candidatura que ha cuestionado y sigue criticando el proceso de paz para la reconciliación y la convivencia nacional. 

Señoras y Señores, el liberalismo se vendió al mejor postor… al Centro Democrático, al Castrochavismo.

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