Los suizos votan en referendo si respaldan la ley del gobierno destinada a endurecer la compra y tenencia de armas para adaptarse a la legislación europea o dan la razón a los practicantes de tiro deportivo que se oponen por sentir que amenaza su actividad.
La advertencia del gobierno es clara: un rechazo de la ley excluiría a Suiza (que no es miembro de la Unión Europea) de los acuerdos europeos de Schengen y Dublín, "a no ser que todos los Estados de la UE y la Comisión Europea acepten mirar hacia otro lado", señaló AFP.
Si se produjera, esa exclusión tendría consecuencias en los ámbitos de la seguridad y del asilo, pero también en los del turismo, y costaría "varios miles de millones de francos suizos al año", según las autoridades federales.
Considerando esas amenazas "exageradas", el mundo del tiro deportivo lanzó un referendo, asegurando que la ley será "totalmente inútil frente al terrorismo" y que "suprimirá el derecho a poseer un arma y enterrará" su disciplina.
Asimismo, consideran que se podría encontrar una "solución pragmática" con la UE. El bloque no tiene "ningún interés" en excluir a Suiza del SIS, una red europea de información común en materia de criminalidad y terrorismo, explicó Olivia de Weck, capitana del ejército y vicepresidenta del grupo de presión de las armas suizo ProTell.
La UDC, el partido de la derecha populista que obtiene más votos en el país, es el único los apoya.
A falta de un registro federal, resulta difícil saber cuántas armas circulan en Suiza. Además, una misma persona puede pedir varios permisos y cada uno de ellos permite adquirir tres armas.
Según el centro de investigación de Ginebra Small Arms Survey, en 2017, había más de 2,3 millones de armas en manos de civiles en Suiza, es decir, casi tres por cada 10 habitantes, lo que situaría a Suiza en el 16º puesto de la escala mundial de países según el número de armas por habitante.
La nueva legislación no prevé ningún registro central, pero obliga a marcar todos los elementos esenciales de un arma. Clasifica las armas semiautomáticas con cargador de gran capacidad en la categoría de armas "prohibidas", si bien los coleccionistas y los tiradores deportivos podrán seguir comprándolas con una "autorización excepcional".
Los coleccionistas y los museos deberán indicar cómo prevén asegurar la conservación de esas armas "prohibidas", que tendrán que incluir en un listado. Los tiradores tendrán que demostrar al cabo de cinco años, y luego de 10, que practican el deporte con regularidad.
En Suiza, donde apenas se producen tiroteos, el apego por las armas bebe de la tradición de un ejército de milicianos que guardan su fusil en casa. Existen muchas ocasiones en las que se puede practicar el tiro, como la fiesta federal del tiro o competiciones populares, y el interés por los calibres de todo tipo creció en los últimos años.
Con la nueva ley, el fusil del ejército no se incluirá en la categoría de calibres "prohibidos" si su propietario lo guarda al final de su servicio militar. Sin embargo, sí que lo estará si el arma pasa a un heredero o se vende.
El último sondeo del instituto gfs.bern, publicado el 8 de mayo, apuntaba que ganará el sí (65%) frente al no (34%). Lisa Mazzone, diputada de los Verdes en el Parlamento, consideró que una victoria del sí enviaría una "señal positiva sobre la capacidad de los suizos" para delimitar mejor, en el futuro, la posesión de las armas.
Ginebra, 18 de mayo de 2019.
Por Felicia Saturno Hartt.