Bogotá, D.C. 30 de enero de 2018. Por Luis Fernando García Forero. Foto: WEF. "America First no significa solamente EE.UU.", dijo el Presidente Donald Trump en su discurso en la Reunión Anual del Foro Económico Mundial.

El 45º Presidente de EE.UU., llegó a la emblemática ciudad de los poderosos luego de su primer año de gobierno o de torpezas mediáticas como lo han expresado diversos analistas en el mundo entero y lo dijeron las voces que protestaron su llegada a la Cita de Davos, Suiza.

Lo primero que explicó Trump a los asistentes al foro, fue el porqué de su presencia: "Estoy aquí hoy para representar los intereses del pueblo estadounidense y para afirmar la amistad y la asociación de EE.UU. en la construcción de un mundo mejor. Como todas las naciones representadas en este foro, EE.UU. espera un futuro en el que todos puedan prosperar y cada niño puede crecer sin violencia, pobreza y miedo”.

Para luego exponer lo que estima como el balance de su primer año en la jefatura de uno de los más países más poderosos del planeta: "Durante el año pasado, hemos hecho avances extraordinarios en EE.UU., estamos levantando comunidades olvidadas, creando nuevas oportunidades emocionantes y ayudando a cada estadounidense a encontrar su camino hacia el sueño americano: el sueño de un gran trabajo, un hogar seguro y una vida mejor para sus hijos".

Planteamientos que muestran su tendencia al show bussiness, que completa al expresar que: "Después de años de estancamiento, EE.UU. está experimentando nuevamente un fuerte crecimiento económico. El mercado bursátil está rompiendo un récord tras otro, y ha agregado más de 7 billones de dólares de nueva riqueza desde mi elección".

Para de esta forma afirmar que: "La confianza del consumidor, la confianza empresarial y la confianza en la fabricación son las más altas que han existido en las últimas décadas". 

"Desde mi elección, creamos 2,4 millones de puestos de trabajo. El optimismo de las pequeñas empresas está en su punto más alto. Los datos de desempleo son casi los más bajos que hemos visto en casi medio siglo. El desempleo afroamericano ha alcanzado la tasa más baja jamás registrada en EE.UU. También es la tasa de desempleo más baja entre los hispanoamericanos". Cifras que no coinciden con los reportes de los organismos internacionales y los reportes de las entidades locales.

Trump, ya enfocándose al público de los empresarios presentes señaló que: "Bajamos nuestra tasa de impuesto corporativo del 35% hasta el 21%. Como resultado, millones de trabajadores han recibido bonificaciones por reducción de impuestos de sus empleadores de hasta 3.000 dólares. Hemos elevado el ingreso familiar promedio de los estadounidenses en más de 4.000 dólares".

Para explicar mejor su estrategia de marketing gubernamental comentó que: "Y la compañía más grande del mundo, Apple, anunció que traerá 245 mil millones en ganancias en el extranjero a América. Su inversión total en la economía de los EE.UU. será de más de 350 mil millones durante los próximos cinco años". Pero no explicó la Ley que ahora pecha a las industrias extranjeras en el exterior, de forma tal que puede parar sus operaciones.

Para concluir que: "Ahora es el momento perfecto para llevar su negocio, sus trabajos y sus inversiones a Estados Unidos de América". Un discurso perfecto de campaña, pero muy aparte de las amenazas de sus trinos mañaneros.

Trump no habló de inmigración, ni en la estafa a los Dreamers, ni de la reciente paralización de la administración pública, ni de las consecuencias del Cambio Climático que convirtió a Miami, la Capital del Sol, en un frigorífico, con graves pérdidas para una de las industrias más exitosas, el turismo.

Únicamente le importó explicar y señalar a los profesionales y técnicos, “los burócratas no elegidos”, que han impuesto a sus ciudadanos aplastantes normas antiempresariales y antiobreras sin voto, ningún debate legislativo y ninguna responsabilidad real".

 

Su crítica a los funcionarios que vigilan porque el país funcione, desde las diferentes ramas del poder público. Los que sentencian en contra de las expulsiones ilegales de inmigrantes, los que multan sitios de trabajo inseguros, aceptan denuncias de acoso sexual, etc. Gente que no es patriota, pero cree en los DD.HH. en el país de Thomas Jefferson. Gracias a Dios los herederos de la emancipación construyeron instituciones fuertes, única garantía de la democracia.

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