Nicolás Maduro no desaprovecha un instante para “echar un pie” con su esposa, la Primera Combatiente, Cilia Flores u otra dama que se una a la pachanga. Maduro baila de todo: joropo, hip hop, pero la Salsa es su perdición. La baila en Miraflores, en el barrio, en las aceras llenas de huecos y en su programa de radio.

Baila ante la más ruda crisis humanitaria que haya vivido la Patria de los Libertadores de América. Ni la Guerra de Independencia, ni la cruel Guerra de la Federación tuvo las cifras de muertos que han producido los 18 años del Chavismo en Venezuela.

Como la Salsa es un género musical, que surge del Alma Popular y dibuja sus situaciones más humanas, tiene en sus estrofas una muy especial, que Venezuela seguramente le dedicará, con la voz de Héctor Lavoe.

Todo tiene su final, nada dura para siempre,

tenemos que recordar que no existe eternidad,

Como el lindo clavel solo quiso florecer, y

enseñarnos su belleza y marchito perecer,

todo tiene su final nada dura para siempre

tenemos que recordar que no existe eternidad.

Como el campeón mundial dio su vida por llegar y

perder lo más querido en la masa otro más,

Yo perdí lo mas querido cuando perdí a mi mama,

(todo tiene su final)

pero seguí pa lante y pa lante

(todo tiene su final)

has como yo nunca eche pa tras

(todo tiene su final)

ni pa coger impulso que va

(todo tiene su final)

cuidao que de espalda te pueden atacar

(todo tiene su final)

echa palante cobarde

(todo tiene su final)

anda rebuscate el pan

(todo tiene su final)

oigo una vos que me dice

(todo tiene su final)

 

cuidao tierra va a temblar, tierra va a temblar.

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