Por Gonzalo Buenahora. Historiador.-Agencia de Noticias Vieja Clío. Santafé de Bogotá, 1822. Ayer, 13 de mayo, el general Francisco de Paula Santander, preocupado por el prestigio de la Iglesia Católica y congruente con su “lucha contra los impíos”, expidió un decreto que pone fuera de circulación los libros del italiano Pietro Aretino: “La vida privada de los Doce Césares” y “Los Placeres de Julia”, obras francamente escandalosas.

También se conoció en este medio informativo que el futuro “Hombre de las Leyes” estudia la posibilidad de incluir en su particular “índice republicano” las obras del francés Carlos Francisco Dupuis: “La Filosofía de Venus”, La Teología portátil”, “El Cristianismo desenmascarado” y el “Origen de los Cultos” por considerar tales escritos libertinos, obscenos y contrarios a nuestras buenas costumbres y a la Santa Fe Católica.

Pero es de subrayar que el régimen republicano del momento no incluye dentro de sus prohibiciones los escritos abiertamente anticatólicos de Jeremías Bentham y François-Marie Arouet, más conocido como Voltaire.

¿Quién lo comprende?  Una explicación plausible la proporcionó un transeúnte anónimo a quien de manera fortuita logramos inquirir al respecto: “Es que para este gobierno Bentham y Voltaire son herejes respetables.”

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