Por Amylkar D. Acosta M. -“El libro resume todo lo humano…La librería debe ser como un hotel, el libro llega y tiene que salir”: Felipe Ossa
Acaba de fallecer a la edad de 81 años el conocido y reconocido Librero mayor, el más famoso de todos, el Decano de los libreros del país, quien vivió por y para los libros, en función de ellos, ya fuera para leerlos, para venderlos y para escribirlos. Se trata, nada menos, que de Don Felipe Ossa, Alma y nervio de la Librería Nacional, a la que se vinculó como jefe de bodega a sus 18 años y estuvo a su servicio como Gerente, hasta convertirse en su figura emblemática por luengos años, durante 63 de los 83 años de vida de ese estandarte que fue para él la Librería Nacional.
Felipe fue más amigo de los libros que de sus amigos, que lo eran por cuenta de ellos, su fruición por los libros despertaba entre sus interlocutores la delectación por la lectura, hasta hacer de ellos lectores empedernidos igual a él. Su memoria prodigiosa y su retentiva inigualable le permitían encontrar con facilidad hasta los más abstrusos títulos de algún incunable en medio del bosque de libros de la estantería para ponerlo en manos del acucioso cliente, que para él era mucho más que eso.
Y no se contentaba con el hallazgo del ejemplar del libro buscado sino que, de paso, lo comentaba y terminaba por convencer, por si faltara motivos, para que el interesado se lo llevase consigo. Afable, amable y de una empatía proverbial, contagiosa, que transmitía con el don de la palabra que siempre lo asistió y nunca lo abandonó. Además de librero, fue coleccionista de libros y revistas especiales y especializadas, fungió como bibliotecario, bibliotecólogo, bibliófilo y por sobre todas sus virtudes, que fueron muchas, fue un intelectual, la escala más alta de la condición humana.
Por ello, su partida es una pérdida irreparable para las letras, para la cultura, para la literatura y sobre todo para los libros, que sin él quedan huérfanos. Fue también un prolífico escritor, de buen estilo y buena prosa, producto de su vigilias de lector compulsivo, entre sus obras publicadas, todas ellas en sellos de prestigio, se destacan: El mundo de la historieta, La historieta y la historia, Los héroes de papel, Cómic, la aventura infinita, destacándose su obra cumbre, la infaltable y la que para sus amigos y lectores habría sido la que nos quedaba debiendo, Leer para vivir, memorias de un librero, en la que se confiesa y abre su corazón y su intelecto al mismo tiempo para la complacencia de quienes lo admiramos en vida.
El país todo, el mundo intelectual, la academia, los lectores y la Librería Nacional, que fue su otro hogar, deploran su partida y acusan el vacío que deja, ahora que no estará entre nosotros. Dice Fernando Savater, uno de sus autores preferidos que, “siempre se trata de ensanchar la finitud angosta de la vida, para rebajar cuanto podamos la anchura agobiante de la muerte” y Felipe lo logró.
Le expresamos a su esposa Claudia, a su hijo, que le seguirá sus huellas, Andrés y a todo su equipo de trabajo, nuestras más sentidas condolencias.
Bogotá, julio 22 de 2024
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