Por Felicia Saturno Hartt. Foto: Ecos Media.- El contexto digital donde coexisten las redes sociales, los sitios webs y todo un inmenso conglomerado de herramientas interactivas está dando la oportunidad de generar más y mejor democracia.

Sobre todo cuando se enfoca dos de sus grandes cualidades, la participación y el pluralismo, dos derechos sociopolíticos que persiguen empoderar a los ciudadanos en el ejercicio de sus derechos fundamentales y en la interacción con los gobiernos y sus representantes, que sólo son dos hilos del amplio tejido social, formado por muchas y muy variadas instituciones públicas y privadas, foros jurídicos, partidos políticos, organizaciones y asociaciones.

El poder de estas herramientas digitales contribuiría a expresar la amplia gama de derechos que este sistema político ya puede garantizar, por la injerencia de algunos gobiernos en los medios tradicionales y el surgimiento de otros en manos de conglomerados empresariales y organizaciones políticas.

Uno de las iniciativas que pueden contribuir a mejorar la calidad de la democracia es, sin duda, el fact checking, la verificación de hechos o de datos. Y por amplio margen, sería un gran potenciador de tendencias, ante la manipulación de los sondeos y las encuestas.

En este sentido, Laura Zommer, Directora de Chequeado, una organización que verifica el discurso público, que opera en Buenos Aires con el grupo de datos abiertos Fundación La Voz Pública, afirma que “en América Latina, donde tenemos sistemas democráticos aún con grandes desafíos institucionales, sin acceso a la información pública extendida, ni sistemas estadísticos óptimos, es vital para los políticos aumentar el costo de la mentira y que los dichos de los líderes se contrasten con los hechos y los datos”.

Esto tendría el valor agregado de contribuir a  involucrar más a la comunidad, en los datos y los asuntos públicos, que ayudará a mejorar la calidad de la gestión pública y la escogencia de los gobernantes.

El fact checking nació como una respuesta a la falta de reacción por parte de los medios tradicionales a afirmaciones falsas”, señala Alexios Mantzarlis, Director de la Red Internacional de Factchecking de Poynter Institute. Una respuesta, que no sólo ha ayudado a enfrentar la corrupción gubernamental, sino a confrontar el discurso de los dirigentes.

Es de todos conocido que jamás se dejará de utilizar los hechos estratégicamente, pero hoy se tiene la oportunidad, también estratégica, de confrontar “los datos que más le convienen” con los de la realidad.

Así que las mentiras de los pinoccios populistas, de la derecha y de la izquierda, tendrán un polígrafo eficaz y un barómetro para calcular sus intensidades.

De hecho, el miedo a esta herramienta ya se ha expresado en España, donde no funciona, por casualidad, la herramienta de fact checking de Google, Google  News, donde se puede observar el peso de las mentiras, mediante etiquetas para contrastar y verificar lo dicho en las noticias, con la ventaja de trabajar con todo tipo de medios.

Así que para próximas consultas o elecciones, los ciudadanos y las organizaciones podrán, a través de las redes, observar las mentiras que pueden arrancarle a una nación la posibilidad de un futuro mejor.

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