Por Felicia Saturno Hartt. Foto: Wikicommons.- La Biblioteca Apostólica Vaticana se encuentra en el Palacio Apostólico y se accede a ella por el patio del Belvedere.

Su fundación se remonta al pontificado del Papa Nicolás V (1447-1455) y se sabe que se cree en 1451. Un siglo después (1548) el Papa Paulo III nombró al Primer Cardenal Bibliotecario. Bajo los pontificados de León XIII y Pío XI fue enriquecida con notables donaciones, legados y cesiones, llegando a aglutinar un gran número de volúmenes, manuscritos, incunables y grabados. La Biblioteca gestiona también la Escuela Vaticana de Bibliotecología.

La biblioteca alberga tesoros como la vieja copia, de 1600 años de antigüedad, de la "Eneida" de Virgilio o el cuaderno más antiguo del Evangelio de Lucas, además de páginas de "La Divina Comedia" de Dante Alighieri ilustrada por Botticelli.

Entre los más importantes manuscritos de la biblioteca está el Codex Vaticanus, el más antiguo manuscrito completo de la Biblia. La Historia Secreta de Procopio se descubrió en esta biblioteca y se publicó en 1623. También se encontró en ella uno de los tres cancioneros conocidos de la lírica galaicoportuguesa, el llamado Cancionero de la Biblioteca Vaticana. Custodia, asimismo, las actas originales del proceso de Galileo, un manuscrito autógrafo de Santo Tomás de Aquino y las cartas originales del caso de Martín Lutero.

La Biblioteca Apostólica Vaticana rumbo a la Era Digital

Desde hace unos años están en marcha diversos proyectos de modernización de la tan fabulosa biblioteca, entre otros uno en colaboración con la universidad alemana de Heidelberg. Pero ha sido la empresa informática japonesa NTT Data la que ha recibido el encargo de digitalizar unos 3 000 manuscritos.

El proceso de digitalización democratizó al acceso a tan importante acervo bibliográfico, estimado como la colección de libros antiguos más espectacular del mundo. Fue un proceso largo y complicado, pero como dice la empresa japonesa encargada valió la pena.

"Puede haber bibliotecas más grandes, pero en vista de los trabajos de incalculable valor que se guardan aquí, puedo decir con seguridad es que esta es la biblioteca más importante del mundo", señala el director de proyectos de NTT en Italia, Antonio Massari.

Maasari, de 53 años, coordina a un equipo de escanea los manuscritos página a página para volcarnos a Internet de forma que sean accesibles para todo el mundo. En total 50 personas, entre ellas expertos de Japón, trabajan en el proyecto que la propia NTT financia con USD 18 millones.

Los archiveros del Vaticano son quienes determinan qué documentos van primero y cuáles se descartan de la digitalización si ven que podrían destruirse con sólo abrirlos. Luego, los restauradores preparan el manuscrito para su escaneado en el laboratorio.

El escáner necesita entre 60 y 90 segundos por página. Y después, un tutor comprueba que los detalles son correctos: si la reproducción del color es buena, si las páginas están escaneadas del lado correcto o si se ha olvidado alguna, si se ven las notas al margen apuntadas por estudiosos a lo largo de los siglos... Ante esta tarea, la digitalización de un manuscrito puede llevar una semana. O incluso un mes.

Tras un nuevo examen de los restauradores, la pieza original vuelve al archivo, en el caso ideal, para siempre. Si las imágenes online permiten la más alta calidad, habría "casi una necesidad cero" de volver a tocar obras sensibles en el futuro, señala Massari.

Ello supondría un avance enorme para los científicos de todo el mundo y también para los legos interesados, que podrían tener acceso a manuscritos medievales en latín o griego. NTT Data pone especial cuidado en el almacenamiento a largo plazo y para ello utiliza la técnica FITS, un formato de datos desarrollado por la agencia espacial estadounidense, la NASA, que se espera sea legible por diversos software en las próximas décadas.

El consorcio japonés ve el gran proyecto como una forma de publicidad de su propia técnica. "Nos sentimos honrados de poder participar en este gigante proyecto de conservar una herencia cultural global de la humanidad", señala el presidente de NTT en Italia, Walter Ruffinoni.

En la biblioteca se ha descubierto incluso un documento que arroja nueva luz sobre la colaboración de Japón con el Vaticano. "Comenzamos el proyecto con una carta al Papa Pablo V, que data de 1631, que fue enviada a Roma por un samurai llamado Hasekura Tsunenaga", explica Ruffinoni.

Esa misiva fue conservada en la biblioteca vaticana y se conservará ahora digitalizada. Unos 5500 manuscritos de la Biblioteca Apostólica se han digitalizado hasta ahora y NTT acordó digitalizar otros 3 000 documentos antes de 2019.

Pero incluso eso sería sólo una parte muy pequeña de los 82 000 manuscritos que existen. Al ritmo actual se necesitarían más de 100 años para volcar en Internet todos los documentos y eso si se encuentran patrocinadores que estén dispuestos a financiar tan costosa tarea.

Desde Ecos invitamos a explorar la Biblioteca Apostólica Vaticana Digital, aún sólo en italiano e inglés, por el siguiente enlace: https://www.vatlib.it/ e incluso inscribirse como usuario. Todo un viaje bibliográfico y digital por la historia de la bibliodocumentación.

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