Bogotá, D.C. 28 de mayo de 2018. Por Redacción Ecos. Reporte y Fotos PNUD Colombia.- Para aislar a comunidades vulnerables de inundaciones y restaurar sus humedales, Colombia promueve el uso de materiales reciclados, huertas colgantes y agricultura resiliente al Cambio Climático.

En 2010, Colombia sufrió grandes inundaciones que destruyeron cosechas. El mercurio en las aguas, procedente de la minería ilegal, envenenó peces y acabó con los árboles y manglares, lo cual dificultó que las familias pudieran llevar alimentos saludables a su mesa.

Desde entonces, pequeños agricultores recurren a tecnologías inteligentes para llevar alimentos seguros y nutritivos a la mesa. Están diseñando el tipo de soluciones no convencionales necesarias para adaptarse a un clima cambiante que está poniendo en riesgo a millones de personas alrededor del planeta.

El concepto es simple. Si se producen inundaciones, la recomendación es mover el jardín a un lugar más seguro. Y a largo plazo, trabajar con cultivos resilientes al clima que sean resistentes a altos niveles de mercurio y prosperen en condiciones de inundación; proteger el ambiente avanzando hacia una producción agrícola sin pesticidas, y educar a la familia y a los vecinos sobre nuevas prácticas agrícolas.

Para cumplir con los compromisos del Acuerdo de París alrededor de las contribuciones determinadas a nivel nacional y alcanzar las metas de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Colombia está trabajando con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo -PNUD- para la “Reducción de riesgos y vulnerabilidad al Cambio Climático en la región de La Depresión Momposina”.

El proyecto busca proteger a las comunidades y ecosistemas de las inundaciones y sequías asociadas con el Cambio Climático y la variabilidad climática, y ha dado grandes pasos para promover el uso de semillas nativas, tecnologías para el reciclaje y otras acciones para proteger el ecosistema.

En medio de inundaciones regulares, largas temporadas secas y temperaturas crecientes que alteran las prácticas agrícolas tradicionales, una idea simple pero innovadora es crear huertas móviles. Hierbas y semillas se plantan en tazas, macetas o botellas de plástico. Los troncos de los árboles (llamados riatas) también son útiles para plantar las hortalizas más pequeñas. “Si llega la inundación, trasladamos los chocoritos (macetas pequeñas) a otra parte, reutilizando las botellas de plástico”, explicó Mari Cruz Ribera, una de las 115 promotoras rurales capacitadas en el uso de las técnicas.

A la fecha, el proyecto ha permitido la creación de más de 1,900 de estos sistemas. Los habitantes de la zona miden los niveles de agua en los humedales y pantanos cercanos. Cuando las aguas comienzan a subir, saben que es hora de elevar sus huertas. Cuando el agua comienza a disminuir, la filtran y la almacenan en tanques para el riego.

La estrategia desarrollada con las comunidades locales en los municipios de Ayapel, San Marcos y San Benito Abad en esta región de humedales también introdujo otras prácticas agroecológicas resilientes al Cambio Climático.

Para evitar una mayor contaminación del suelo, Ribera y sus vecinos usan insecticidas naturales como el árbol de Gliricidia, ajo y ceniza, eliminando la necesidad de productos químicos nocivos.

El Gobierno de Colombia está trabajando con el PNUD para ampliar las innovaciones propias de los humedales de la Depresión Momposina a través de un nuevo proyecto de 117 millones de dólares destinados a la gestión del agua en comunidades vulnerables de La Mojana. Este proyecto pone la gestión sostenible de los ecosistemas al centro de la reducción del riesgo de desastres, promoviendo cuencas hidrográficas más saludables, protegiendo a las comunidades de las inundaciones y apoyando a las poblaciones rurales en situación de pobreza a superar la escasez de agua durante las estaciones secas prolongadas.

Con el aumento de tecnologías ecológicamente racionales, la agricultura climáticamente inteligente y el diseño centrado en las personas, se está produciendo un cambio de paradigma. Trabajando de manera conjunta gobiernos, comunidades y otros socios, están desarrollando soluciones de alta y baja tecnología para abordar los riesgos latentes que conlleva el Cambio Climático, el clima severo y otros peligros.

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