Bogotá, D.C, 13 de mayo de 2018. Por Luis Fernando García Forero. Foto: El Espectador.- Entre más se acercan los colombianos a elegir a su nuevo jefe de Estado el 27 de mayo, más se acrecientan las amenazas, agresiones y ofensas entre las diferentes campañas de los candidatos, no solo en las redes sociales, sino en el entorno de las giras y manifestaciones de cada uno de los aspirantes presidenciales.

Todo sucede en medio de la polarización que vive Colombia y donde parece que aún no hay conciencia en miles y miles de ciudadanos que no han acatado que se superó un conflicto armado que durante más de 50 años puso en jaque no solo los procesos electorales, sino la misma institucionalidad de la nación.

Cada día se nota y registra en los medios y las redes de comunicación la agresión, pero aún más con otro elemento: las autoridades tuvieron que reforzar la seguridad no solo de los candidatos, sino de algunos dirigentes como el ex presidente y senador Álvaro Uribe Vélez a quien le comunicaron que le estaban organizando un atentado.

Si se hace un rastreo de los mensajes en las redes en torno al proceso electoral, se establece que quienes más controvierten son los militantes de las campañas de Iván Duque, Gustavo Petro y  Germán Vargas Lleras.

Razón tiene el candidato del Partido Liberal Humberto De la Calle quien respecto a las evidencias exhortó a sus colegas para que llamen la atención y controlen a sus militantes en las redes sociales. Señaló:“me parece que eso está envenenando el ambiente, es muy peligroso, empiezan primero con el lenguaje y eso se vuelve un riesgo serio”.

Ahí o solo se queda el tono agresivo. Los insultos y amenazas, en medio de un lenguaje atrevido, imprudente y temerario, también abate a los periodistas y caricaturistas, entre otros personajes de la vida nacional. 

En definitiva, lamentablemente la nación no ha asumido lo que significó y significa la firma de un acuerdo para silenciar los fusiles tras cincuenta años de traqueteo por las balas y la violencia en las zonas urbanas y rurales del país.

La tensión, los temores, el miedo, protagonizados por quienes incitan a la anarquía y a continuar el negocio de la guerra, no quieren aceptar que el pueblo de Colombia es sensato, cuerdo y equilibrado para derrotarlos el 27 de mayo o el 17 de junio, si hay segunda vuelta, para bien de la patria y el desarrollo de nuestra democracia.

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