Bogotá, D.C, 23 de febrero de 2018. Por Luis Fernando García Forero. Foto: radiomagdalena1420.- La Champeta, el fenómeno musical y cultural que nació en las calles de Cartagena de Indias, Colombia, y cuyo ritmo al compás del movimiento de caderas incita a la pasión y al sexo, se quedará por siempre como un ritmo bailable, pero sin celebridad en el territorio nacional.

La razón: el Gobierno Nacional se opone a la aprobación de un proyecto de ley que establece que el primero de noviembre, día de los difuntos, se declare el Día Nacional de la Champeta.

En una carta al Congreso, la Ministra de la Cultura, María Garcés Córdoba, le pide al Legislativo que archive dicha propuesta, por considerar que “se podría configurar un vicio de inconstitucionalidad”,  porque generaría un desequilibrio frente a otros ritmos musicales.

“¿Cómo podríamos tener un día especial para cada expresión, práctica, género o ritmo musical presentes en el país, si justamente reconocemos la diversidad y la riqueza pero a la vez la equidad ¿Por qué el día de unas músicas y otras no? No alcanzaría el calendario del año para conmemorar cada día a una práctica diferente. ¿No es mejor respaldar la iniciativa de celebrar un Día de la Música en Colombia?”, se pregunta la Ministra Garcés Córdoba.

El proyecto, que está para discusión, en primer debate, en el Senado por iniciativa del congresista Andrés García Zuccardi, pretende que ese género sea reconocido como "una expresión musical y cultural de gran importancia" y exaltarlo con una celebridad, el primer día del onceavo mes de cada año.

El Gobierno considera que el Ministerio de Cultura promueve el Día de la Música, a través del evento nacional conocido como “Celebra la Música”, en el que participan más de 1000 municipios del país, por eso insiste ante el legislativo archivar la propuesta.

La Champeta, el ritmo contemporáneo que nació en la década de los 80 como tal, en las calles, esquinas y barrios del ‘Corralito de Piedra’, con una gran influencia del corregimiento de San Basilio, no pierde la esperanza que el Senado y la Cámara de Representantes estimulen un ritmo innato caribeño, donde el canto del pueblo con fantasías y simetrías apasionadas, se ovacione y aplauda un día cada año.

Por ahora, la palabra la tiene el Congreso de la República, que en su real saber y entender, define si resalta el primero de noviembre como el Día de la Champeta o apaga la esperanza para celebrar un género musical que no dejará de sonar y bailarse entre caderas, no solo en San Basilio de la Cartagena de Indias, sino más allá de las fronteras de la patria.

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