Montevideo. 29 de octubre de 2017. Por Felicia Saturno Hartt. Foto: Diario de Centroamérica.- Uno de los temas políticos pendientes de la agenda gubernamental de América Latina sigue siendo los DD.HH. de los pueblos originarios. Mas la situación más intensamente grave es la de las mujeres, porque son discriminadas por su identidad cultural, sexo y género, tanto en el interior como en el exterior de sus comunidades.

A causa de la discriminación, a estas mujeres se les presentan obstáculos en el ejercicio de derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales y, por consiguiente,  dificultades en el acceso a la justicia, así como escasas oportunidades en el ámbito laboral, sanitario y educacional.

En razón de su identidad multidimensional, las mujeres indígenas están expuestas a una intersección de formas de discriminación basadas en su identidad cultural, sexo y género, entre otros factores, tanto fuera como dentro de sus propias comunidades..

Las mujeres indígenas enfrentan variadas formas de violencia, no solamente violencia física, psicológica y sexual, sino también violencia obstétrica y espiritual, las cuales están prohibidas por los Tratados Interamericanos de DD.HH.". Asimismo, las mujeres y niñas indígenas tienden a sufrir mayor cantidad de actos de violencia, en contextos particulares como los conflictos armados, la ejecución de proyectos de desarrollo y la militarización de territorios.

También las indígenas sufren esa violencia en el ámbito doméstico, cuando actúan como defensoras de DD.HH.  y durante procesos migratorios y de desplazamiento.

Estos señalamientos son públicos y conocidos, pero gracias a una investigación de la Comisión Interamericana de DD.HH (CIDH), realizada en base a las opiniones de mujeres y lideresas indígenas de la región, quienes "han rechazado la caracterización de víctimas y han exigido su reconocimiento como sujetas de derechos, actoras empoderadas, y lideresas", se pudo elevar la circunstancia de estas ciudadanas a una reunión multigubernamental y multiinstitucional en Montevideo, el 165 Período Ordinario de Sesiones de Organización de los Estados Americanos (OEA), realizada este octubre en 2017.

"La CIDH parte del reconocimiento que las mujeres indígenas hacen contribuciones únicas y desempeñan un papel decisivo en la historia de la lucha por la autodeterminación de sus pueblos, por sus derechos colectivos e individuales y por sus derechos como mujeres", consigna el documento.

En este sentido, las recomendaciones del informe exhorta a adoptar un enfoque holístico "para abordar las formas múltiples e interconectadas de discriminación que enfrentan las mujeres indígenas en diferentes contextos, así como para prevenir, investigar, enjuiciar y sancionar todas las formas de violencia en su contra".

Con esta perspectiva, los procesos de diseño, ejecución y evaluación de políticas, proyectos y programas para esta importante población tendría un enfoque integral, de género y etnoracial para garantizar sus DD.HH.

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