Por Felicia Saturno Hartt. Foto: Pete Souza.- A pocos meses de su salida de la Casa Blanca, de su histórico viaje a La Habana y del complejo proceso de las Primarias Estadounidenses, la figura de Barack Obama exige una mirada, no desde sus hechos visibles, esos los podemos buscar en Google, sino desde sus concepciones del servicio, la política y la ley.

Obama ha expresado que cree en la sociedad y su continuo proceso de cambio y evolución, aun cuando pase por periodos hostiles. De seguro, la influencia de su madre, una investigadora de campo, fue vital para construir este pensamiento. Su posición ante la desigualdad y la falta de oportunidades es una muestra.

Obama ha expresado que cree en el proceso de integración. En su discurso A More Perfect Union (Una unión más perfecta) se refirió a las primeras palabras de la Constitución de los EEUU, "We the people, in order to form a more perfect union" (Nosotros, el Pueblo con el fin de formar una unión más perfecta) para argumentar el proceso evolutivo que ha sufrido la sociedad de los EEUU.

Habló sobre las marchas de los antepasados y su esfuerzo para ir configurando una mejor y más perfecta unión (sociedad), de lo que se desprende que la unión no es algo acabado desde 1789, sino algo que se construye día a día.

De hecho, cuando gana las primarias demócratas a Hillary Clinton, su posición ante la vencida fue interesante para la lucha femenina por el poder y la influencia merecida.

Obama decía que lo más importante era que Hillary representaba el esfuerzo de las mujeres, que lucharon antes de ella, como su Madre, Ann Dunham, pionera en el Empoderamiento Femenino, por una posición democrática de poder en la sociedad y el trabajo de las de hoy para generar oportunidades para el desarrollo y actuación políticas, que redundarían en un mejor futuro para las mujeres, como sus hijas.  

En función de lo planteado, de la evolución social y de la arquitectura de los contratos sociales, Obama ve a la Constitución como un medio para perfeccionar la Unión y no como un candado para conservarla; se puede leer también en su The Audacity of Hope (La Audacia de la Esperanza), así como en sus discursos, la gran influencia del concepto de Laurence Tribe de la conversación constitucional. No en balde, Obama fue profesor de Derecho Constitucional por 10 años.

Y de allí su posición, en una de los innumerables oportunidades que fue criticado y cuestionado, cuando le tocó nominar los jueces a la Suprema Corte. Un ejemplo de su concepción de la política, el servicio y la idoneidad.

“He enseñado derecho constitucional por 10 años, y... cuando se observa qué es lo que hace que un juez sea excelente para la Suprema Corte, no se trata solamente de un tema particular o de cómo resuelve, sino de cuál es su concepción sobre el trabajo de la Corte” afirmaba Obama.

“Y parte del papel de la Corte es proteger a las personas más vulnerables dentro del proceso político, el extraño, la minoría, aquellos que son más vulnerables, son aquellos que no tienen mucho "golpe" o mucha influencia... A veces estamos solamente buscando académicos o personas que han estado en una corte inferior. Si podemos encontrar personas que tienen una experiencia en su vida y pueden entender lo que es estar fuera, qué significa que el sistema no funcione para ellos, ésas son las personas que yo quiero en la Suprema Corte” expresó.

Cuestión está que rompía el paradigma funcional de las elecciones de servidores públicos y despejaba el camino de una política judicial más allá de los códigos.

De hecho, una de sus habilidades políticas ha sido plantear temas no políticamente correctos. Y prueba de ello es su discurso en la campaña del 2008, cuando expresó lo siguiente sobre el Juez Earl Warren: “Warren tuvo la sabiduría para reconocer que la segregación estaba mal, no por sus efectos sociológicos, sino porque era inmoral y estigmatizaba a los negros —dijo, y siguió—.

“Yo quiero gente en la Corte como Earl Warren, que tenga la empatía suficiente, el sentimiento suficiente para entender lo que la gente común y corriente vive. La empatía para entender lo que es ser pobre, o ser afroamericano, o ser gay o ser minusválido o ser viejo”.

Por ello, hay que echar lupa cuando observamos un mandatario. Más aun uno que le tocó romper tantos paradigmas errados y debilitantes.

En este orden de ideas, tal vez uno de los legados de Obama sea su concepción de la unión y de la ley, cuando fue enfático en exponer en su libro “Audacity of the Hope”, que la Constitución debe ser entendida como un marco para avanzar hacia el futuro: "la Constitución prevé un mapa en el cual se unen la pasión con la razón y el ideal de la libertad individual con las demandas de la comunidad".

Obama deja claro que para él, el centro de la Constitución no es solamente  el poder, sino los principios; y que la Democracia no es una casa que haya que construir, sino una conversación que hay que tener, por ello, siguiendo el marco que proporciona la Constitución, se puede organizar la forma de discutir acerca del futuro.

 

 

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