Mauricio Cabrera Galvis

Por Mauricio Cabrera Galvis*.- ¿Cuáles son las propuestas de la academia para reactivar la economía ante la crisis de la pandemia? Para dar elementos para responder esta pregunta, el diario Portafolio hizo un interesante sondeo entre los decanos de las facultades de Economía de 6 universidades colombianas, 3 de Bogotá -Nacional, Javeriana, Externado- y 3 de provincia –Icesi, Eafit y del Norte.

Por definición la academia es plural y diversa, por lo que no es posible decir que la opinión de los decanos sea una posición oficial de la universidad, ni mucho menos que todos los profesores de las facultades tengan que aceptarla como una orden; sin embargo si refleja una tendencia de cuál puede ser la orientación mayoritaria de la línea de formación que están recibiendo los jóvenes economistas.

Lo primero que resalta en las respuestas es el consenso total sobre la necesidad de aumentar el gasto público financiado con mayor endeudamiento y de políticas para generar empleo. En dos recetas coinciden todos: una, políticas públicas para la generación de empleo y otra, mayor inversión pública en obras de infraestructura; además varios de ellos plantean el aumento de las transferencias y subsidios del Estado tanto a los hogares (Ingreso solidario), como a las empresas para defender el empleo (PAEF).

Es un cambio total de paradigma. Ahora todos somos keynesianos. Atrás quedaron las épocas en que las obsesiones de los economistas eran la inflación y el déficit fiscal, y el remedio el recorte el gasto público junto con la restricción monetaria. Es posible que en el futuro vuelvan a aparecer estos problemas, pero ante la gravedad y las características de la crisis actual la academia tiene la sensatez de reconocer que el problema actual es la falta de demanda y que la intervención del Estado es indispensable ante las limitaciones y equivocaciones de las fuerzas del mercado.

No están solos los decanos en su nueva visión. Hasta el FMI ha dejado de lado su tradicional exigencia de austeridad fiscal y reducción de la deuda pública, y por primera vez está haciendo prestamos directos a los gobiernos como el de Colombia –ya no a los bancos centrales- para financiar el gasto público. Por su parte los bancos centrales dan más énfasis al objetivo de generar empleo y hasta se planean metas de aumentar la inflación. Sorpresas te da la vida.

Es interesante también señalar lo que no dicen los decanos, es decir las políticas de reactivación que no contemplan dentro de sus propuestas. Tres ausencias son significativas: el papel de los entes territoriales, la vivienda y las exportaciones.

Solo uno de los decanos menciona que los programas de obras públicas deben ser intensivos en mano de obra, y que los deben ejecutar departamentos y municipios. Tal vez es un rezago de centralismo que, aún para los decanos que viven en provincia, solo sea relevante el gasto público del gobierno central y no presten atención a la crisis fiscal de los gobiernos territoriales, que no han recibido ninguna ayuda del nivel nacional.

También llama la atención que no incluyan los estímulos a la vivienda, que es uno de los programas estrellas del gobierno. En cuanto a las exportaciones, tal vez son conscientes de que la pandemia ha llevado al cierre de las economías, y que se debe volver la mirada a la protección y expansión del mercado interno. Otro significativo cambio de paradigma.

Cali 11 de octubre de 2020

*Filósofo y Economista. Consultor.

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Juan Camilo Restrepo

Por Juan Camilo Restrepo *.- Con plazos “calentanos” se entienden aquellos compromisos que se van a cumplir más adelante…cuando se pueda. Pero sin comprometerse en fechas precisas. Podemos decir que a las grandes reformas que necesita el país les ha fijado el gobierno “plazos calentanos”.

Es el estilo del gobierno del presidente Duque. Le gusta anunciar todo aquello que sabe que genera aplausos colectivos y que no suscitan polémica. Pero tiene aversión para afrontar asuntos duros que puedan levantar descontento. Prefiere dejarlos nebulosamente para más adelante: con “plazos calentanos”.

Hace seis meses estuve en la presentación del informe que rindió la comisión que estudió el tema de reformas al mercado de capitales. Allí se dijo que el gobierno se aprestaba a radicar bajo la forma de proyectos de ley dichas recomendaciones. Nada se hizo en un semestre. La semana pasada volvió a decirse que pronto se presentarían proyectos de ley al respecto. Hace tres meses se presentaron las conclusiones de la comisión que estudió el tema de la tributación de las entidades territoriales, otra de las grandes urgencias fiscales del país. Lo mismo. Todos pensamos que se procedería a llevar rápido al congreso las conclusiones de esta importante comisión. Nada de eso sucedió. Entraron al anaquel de los asuntos apremiantes con “plazos calentanos”.

Otro tanto ha sucedido con la reforma tributaria, con la pensional, con la laboral, con la de la justicia. Nada se mueve, aunque la semana pasada hubo nuevamente anuncios del ministro de Hacienda de que, ahora sí, se estaban preparando los esperados proyectos de ley. De vez en cuando se menciona que hay comisiones de expertos estudiando el tema, pero de ahí no pasan las cosas. Y a todas estas el tiempo corre y el resplandor del implacable reloj de sol del cuatrienio comienza a calentar las espaldas de este gobierno.

Es el ADN gubernamental: postergar los asuntos estructurales difíciles. Por el momento, claro, se anuncian diariamente desde la tribuna del programa televisivo de las 6pm todo tipo de ayudas para los damnificados de la pandemia. Lo cual está muy bien. A nadie le chocan este tipo de noticias: que tal subsidio a la nómina se posterga por seis meses, que tal nueva actividad queda exenta del IVA, que la ayuda para el pago de la prima de fin de año se prorroga, que se reabrió tal aeropuerto, y así por el estilo. También en las últimas semanas se le está poniendo cierto énfasis en avanzar en las obras de infraestructura que este gobierno encontró iniciadas, lo que por supuesto es plausible. Pero ninguno de estos anuncios enfrenta los temas duros de las reformas estructurales que tanto necesita el país.

El argumento de que estamos todavía en pandemia no deja de ser especioso. Si todo lo complicado se va a dejar para “cuando pase la pandemia”; y si por el contrario estamos viendo que ésta se prolonga y que más bien habrá que enfrentar nuevos brotes, es evidente que todo lo complejo aunque sea apremiante se quedó para el próximo gobierno. Pues al actual se le va a ir el último año hábil que le queda -antes que entremos en campaña electoral- manejando el día a día de pandemia y el acordeón de los confinamientos. Pero sin meterle el diente a los temas duros: para estos últimos habrá comisiones de expertos, foros, anuncios y “plazos calentanos”. Pero nada más.

Y es una lástima. Reformas como la tributaria, como la pensional, como la de asuntos laborales para revivir el empleo, como la misma de la justicia, no toman menos de un año de arduo trabajo parlamentario. Y eso suponiendo que se construye de antemano un gran pacto político para sacarlas adelante, que tampoco se ve por ninguna parte. Esto quiere decir que antes del 2022 o del 2023 no habrá reformas estructurales en Colombia. Y para ese entonces puede ser muy tarde.

Mientras tanto solo nos quedará como máscara de oxígeno fiscal continuar subiendo los índices del endeudamiento público para financiar los gastos de la pandemia: es el camino inexorable cuando se entra en la lógica de los “plazos calentanos”.

Bogotá, D. C, 11 de octubre de 2020

*Abogado y Economista. Exministro de Estado.

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José Felix Lafaurie Rivera

Por: José Félix Lafaurie Rivera*.-  ¿Quién organiza y financia el vandalismo en las manifestaciones pacíficas que nunca lo son? Los elenos reivindicaron su estrategia de infiltración y está probada la de las disidencias. ¿Y qué financia al ELN, a las disidencias farianas y a todos los grupos ilegales? El narcotráfico.

¿Quién asesina líderes sociales, reclamantes de tierras o, simplemente, miembros de Juntas de Acción Comunal, de las que hay una en cada vereda de cada municipio? El ELN, las disidencias y demás mafias ¿Y qué tienen en común todos ellos? El narcotráfico.

Narcotráfico en los campos, microtráfico en las ciudades pervirtiendo a nuestra juventud. Recogimos de la basura la vergüenza de ser otra vez el primer productor de coca del mundo, y hoy cargamos también con la vergüenza –y la desgracia– de ser un país consumidor.

Durante el gobierno Santos y bajo la presión extorsiva de las negociaciones con las Farc, y también de los gobiernos de Chávez y Maduro en Venezuela y de Correa en Ecuador, se prohibió la aspersión aérea con glifosato, se derrumbó la lucha contra el narcotráfico y el país pasó de 47.000 hectáreas de coca y bajando, a 210.000 y subiendo, hasta que en 2019 el gobierno Duque detuvo esa tendencia.

¿Quiénes eran los responsables de que eso no sucediera? Los ministros de Defensa de Santos, que incumplieron su misión constitucional, sin que les adelantaran moción de censura los mismos congresistas que hoy, reforzados por los que consiguieron curul gratis, persiguieron con dos mociones al exministro Botero y hoy pretenden acorralar a Trujillo porque no les gustó la forma como pidió disculpas, que tampoco le gustó a nuestra politizada justicia.

Los protagonistas son los mismos: la izquierda y el centrosantismo, interesados en defender los aberrantes compromisos con las Farc a los que llaman “paz”. El montaje es el mismo: acusar al Gobierno de revictimizar, cuando son ellos los que manosean a las víctimas como bandera política; acusar al Gobierno de una violencia que ellos mismos propician, impidiendo la lucha contra el narcotráfico, promoviendo la protesta permanente y paralizante, y azuzando la violencia y el odio contra el presidente.

La estrategia es la misma: el discurso antigobiernista y el insulto vociferante. Al Gobierno lo tildaron de dictadura civil, autoritarismo democrático, violador de la libertad de prensa y mentiroso, para citar lo menos; y al ministro de indigno, estúpido, truculento, mentiroso, prepotente, manipulador, incapaz y mezquino, entre otras diatribas.

¿Qué ministro le sirve a la oposición? Ninguno, porque el ataque no es contra el ministro sino contra el Ministerio, contra la Seguridad Nacional que se quiere debilitar y contra la Fuerza Pública que se quiere deslegitimar; ayer fue Zapateiro y hoy Atehortúa. No importa el general o el ministro; lo que importa es golpear al Gobierno.

Los atacantes son los mismos que impiden la lucha contra las drogas que generan la violencia, de la cual, por ello, son también responsables. Responsables de seguir maniatando la seguridad del país para que prosperen la violencia y el caos, y así, emerger en 2022 como salvadores e imponernos el socialismo de la vecindad.

Nota bene. Irresponsables las ONG, los animalistas, vegetarianos y veganos extremos, que promueven el “Día sin carne” sin pensar en los miles de campesinos que viven de la ganadería, ni en los empleos de la cadena cárnica en plena pandemia; sin pensar, sobre todo, en el desarrollo adecuado de millones de niños, porque la ausencia de proteína animal perjudica su salud. FEDEGÁN seguirá defendiendo de semejante irresponsabilidad la noble labor de producir carne y leche, y la importancia insustituible de estos dos alimentos.

Bogotá, D. C, 11 de  octubre de 2020

*Presidente de Fedegan

@jflafaurie

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Amylkar D Acosta M

Por Amylkar D. Acosta M*.- Cuando las barbas de tu vecino veas arder, pon a remojar las tuyas.

Desde el estallido de la huelga en la mina El Cerrejón me dí a la tarea de examinar el contexto y el escenario en el que se da este conflicto laboral, al final del cual, me atrevo a anticipar, sólo habrá perdedores y estos serán no sólo las partes enfrentadas, la empresa y el Sindicato, amén de sus grupos de interés. De este pulso saldrán perdiendo también la región y el país, tanto por el empleo y los ingresos que dejarán de devengar los 11.000 trabajadores vinculados directa o indirectamente a la operación, como el menor recaudo de impuestos y los menores ingresos por concepto de regalías. Veamos:

En el año de 2017 se llegaron a exportar 90.5 millones de toneladas, constituyéndose en un récord histórico, de las cuales más del 90% provinieron de las minas del Cesar y La guajira.

El mercado y los precios del carbón, al igual que las demás materias primas, responden a ciclos de expansión y alzas seguidos por su contracción y bajas. Entre 2003 y 2012 se registró un largo ciclo de precios altos, aupados  por la gran demanda de China y la India, cuyas economías venían creciendo a un ritmo de dos dígitos y se comportaron como verdaderas aspiradoras de materias primas. En el año 2011 el precio del carbón llegó a niveles de US $102.35 la tonelada. Luego vendría el que yo he llamado el cuarto menguante del auge minero-energético, concomitantemente con la contracción del mercado y la destorcida de los precios.

Se suele decir que el optimista es aquel que ve el vaso medio lleno y el pesimista aquel que lo ve medio vacío, pero para nosotros los economistas importa más saber si el vaso se está llenando o se está vaciando, es decir la tendencia. Pues bien, hay un antes y un después del año 2015, signado por los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) adoptados por la comunidad internacional y por el Acuerdo de París en el marco de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio climático (COP21), que tienen como propósito fundamental la descarbonización de la economía global. Esta conlleva una drástica reducción del consumo de las fuentes de energía de orígen fósil, principalmente del carbón térmico, ahora en el lado equivocado de la historia, traduciéndose en una tendencia sostenida a la baja del precio, que hoy oscila arededor de los US $40 la tonelada, el 58% por debajo del precio de hace apenas dos años!

El Ministro de Minas y Energía Diego Meza, pensando con el deseo, afirmó recientemente: “no le vamos a dar la espalda al carbón”. Pero, realmente, es el mundo entero el que le está dando la espalda al carbón y está tomando distancia de este y dicha tendencia es irreversible. Y no es para menos, pues ya a mediados del año pasado lo advirtió el entonces Presidente de El Cerrejón Guillermo Fonseca: “el carbón está en declive y la compañía está sufriendo…los precios cayeron y su mina está en el lado equivocado del Canal de Panamá”. Y fue más lejos en sus malos presagios, al señalar que estamos ante “una contracción estructural”, que   “en los próximos 5 años la demanda de carbón del mercado del Atlántico (Europa, Mediterráneo y las Américas) y que es nuestro mercado natural se va a contraer a la mitad”.

Y para allá vamos, con el agravante que los carbones de Colombia no compiten en el mercado asiático, que es el que todavía se mantiene, por los altos costos del flete. A la contracción del mercado le sigue la reducción de la producción, que en los últimos 3 años ha pasado de las 84.3 millones de tonaladas en 2018 a las 80.3 millones en 2019 y este año llegará a los sumo a las 65 millones de toneladas.

Como lo sostiene la multinacional PRODECO, empresa esta que extrae el carbón en el Cesar, en comunicación enviada a la Agencia Nacional Minera (ANM) solicitando autorización para la suspención de operaciones por los próximos 4 años, que se vendría a sumar al cese de operaciones de otra minera en el Cesar, la Colombian Natural Resources (CNR), “la demanda de carbón térmico la determina la demanda de capacidad de generación de electricidad con carbón más la demanda de los sectores del cemento y el industrial. Durante los años 2010 a 2019 se han cerrado 39 GW de capacidad europea de generación a carbón y se proyecta cerrar 52 GW más hasta el año 2030”. Aunque la ANM negó dicha solicitud, PRODECO insiste y le está pidiendo que reconsidere su decisión. Estamos, entonces, advertidos de la mala hora por la que está pasando el carbón.

Cota, octubre 10 de 2020

*Expresidente del Congreso y Exministro de Minas y Energía

www.amylkaracosta.net                

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Lorena Rubiano Fajardo

Por Lorena Rubiano.- “Ya no podemos hacernos los sordos frente a una de las mayores crisis ambientales de la historia. En esto, los pueblos indígenas tienen mucho que enseñar a la humanidad.” Papa Francisco.

En los últimos meses hemos venido presenciando una gran arremetida en varios países contra los pueblos indígenas cercenándoles sus derechos y buscando la desaparición de su identidad étnica y cultural.

Por ejemplo en el Brasil, el presidente Jair Bolsonaro, ha vuelto a intentar eliminar a la Fundación Nacional del Indio (Funai), incentivando a consorcios y empresas para que inviertan en la explotación industrial de la selva amazónica.

El Ministerio de la Agricultura del vecino país ha hecho entrega de decenas de miles de kilómetros de la Amazonia a latifundistas locales, ampliando la zona de deforestación de la región, que representa el 13% del territorio nacional, y que es considerada por los ambientalistas del mundo como área indispensable para tratar de frenar el cambio climático.

Bolsonaro ha declarado públicamente que no acepta que los 900 000 indígenas fueran pobres en tierra de ricos, y por eso se ha dado a la tarea de perseguirlos y tratar de quitarle el derecho a la tierra.

La Organización para la defensa de los derechos humanos (HRW) publicó un informe con una revisión de las actividades de la administración provisional de Bolivia, que registra un aumento repetido de las violaciones de los derechos básicos de los ciudadanos del país por parte de un gobierno que se declaró "democrático" bajo el liderazgo de Jeanine Añez. La mayor parte de esta presión estatal se sintió sobre los partidarios del partido "Movimiento Al Socialismo" del ex presidente Evo Morales, la mayoría de los cuales son representantes de la población indígena de Bolivia.

Las actividades por la pandemia del Covid-19, desplegadas por las autoridades, les permitieron cerrar efectivamente varios departamentos de residencia tradicional de los indios "en el marco de  operaciones humanitarias”. Al mismo tiempo, con el dinero de los contribuyentes bolivianos, los expertos estadounidenses en tecnología electoral participan efectivamente en estas actividades.

HRW señala que incluso el derecho de los ciudadanos a la protesta social, en el caso de los indígenas es casi siempre pacífico y no agresivo, pero aun así fue severamente reprimido por las autoridades gubernamentales y fueron asesinados más de 20 seguidores de Morales y en este caso la Fiscalía no muestra mucho celo por encontrar a los responsables. Más del 65% de los detenidos durante las manifestaciones están encarcelados sin cargos, es decir, detenidos "en ausencia" sin las decisiones judiciales correspondientes.

Además de eso, con el pretexto de combatir la distribución de drogas, se están implementando medidas de fuerza contra las regiones indígenas que tradicionalmente cultivan coca para los ritos religiosos y las necesidades internas de las tribus. El gobierno provisional ha endurecido sus acciones contra la población indígena, defendiendo más los intereses extranjeros, que los de sus propios conciudadanos.

En próximo artículo analizare la violación por parte de Parques Nacionales de Colombia de los derechos indígenas en sus territorios ancestrales.

Bogotá, D. E, 10 de octubre de 2020

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Mario Ramírez Arbeláez

Por: Mario Ramírez Arbeláez*.- El 1 de octubre el representante estadounidense M. Claver-Carone asumió el cargo de presidente del Banco Interamericano de Desarrollo. El evento que al principio podía parecer una broma resultó ser una realidad. La llegada del estadounidense a la presidencia del BID rompió una tradición de más de medio siglo tanto del propio banco como de los enfoques establecidos en el continente para nombrar a su máximo jerarca.  Con la nominación de M. Claver-Carone el presidente de los Estados Unidos, demostró que por encima de los intereses regionales están los suyos electorales.

El BID es el mayor banco regional del mundo y su capital supera los 100.000 millones de dólares.

El economista chileno y ex ministro de Hacienda Felipe Larraín, al abordar el tema expreso:

“El inconveniente de la situación es que existe una tradición y un compromiso. Es un respeto por la institución y no se tiene nada en contra de Claver-Carone. Es un tema del proceso y de la institución. Por 60 años se ha respetado el compromiso que hizo el entonces presidente  Dwight Eisenhower, de que el BID fuera presidido por un latinoamericano. Nunca antes Estados Unidos había presentado un candidato a presidir el organismo, por eso ha sido una sorpresa en la región.

Se impone así la política de D. Trump bajo el lema "quien paga dinero, debe liderar" pero puede fallar, si pierde las elecciones y deja a su protegido como presidente del BID, lo cual afectará a  los países de América Latina que no votaron  a favor de su designación.

Con este nombramiento, logrado presionando a países como Colombia y Brasil, a respaldar su elección, el Gobierno del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, busca también contrarrestar la creciente influencia de China, mientras que por el otro se levantó una sigilosa rebelión de países irritados por la pérdida de  las riendas de su prestamista regional.

Mauricio Claver-Carone, es conocido por su enfoque directo y su ruda postura en torno a Venezuela y Cuba. En Estados Unidos, el senador demócrata Patrick Leahy dijo que Claver-Carone era “el candidato equivocado” y lo llamó el “arquitecto” de las “políticas más ideológicas de Trump” en torno a Latinoamérica.

Se convirtió así en la  primera persona de fuera de América Latina en dirigir el BID, con sede en Washington, un pariente más pequeño del Fondo Monetario Internacional (FMI) y que ha estado encabezado por latinoamericanos desde su fundación en 1959.

Argentina, quien tenía  su propio candidato, trato de posponer la votación hasta después de las elecciones presidenciales de Estados Unidos -el 3 de noviembre- con la esperanza de debilitar la posición de Claver-Carone si Trump pierde, pero desistieron ante el temor de represalias de los Estados Unidos que llego a los extremos de  calificar  a la oposición a su candidatura como "subversiva".

La disputa refleja un enfrentamiento geopolítico más amplio en América Latina, considerada por mucho tiempo como parte de la esfera de influencia de Estados Unidos pero que se ha acercado a la órbita de China, el principal consumidor de sus productos básicos y un prestamista con cada vez mayor peso.

Las campañas electorales en la región recientemente, en gran parte en el ejemplo de los propios Estados Unidos, se están convirtiendo en una especie de farsa televisiva, donde los aspirantes luchan solo entre ellos, olvidándose de las promesas de campaña y los programas de desarrollo. En esta "actuación" los roles ya están distribuidos y se forman reglas para lograr un resultado específico.

Lo más evidente, en la actualidad, es el ejemplo de Bolivia, donde el primer acto de "tragicomedia" está llegando a su fin y la votación está programada para el 18 de octubre. La principal tarea electoral declarada oficialmente por el gobierno provisional del país es evitar la victoria del popular partido "Movimiento Al Socialismo", debido a sus puntos de vista populares y su cercanía con el ex presidente boliviano E. Morales. Para la realización de lo previsto la presidenta interina J. Añèz que ha dedicado todo el tiempo a la lucha contra el MAS, se retiró de la carrera electoral un mes antes de la votación, por el posible fracaso, y se dedicó a llamar abiertamente a votar por candidatos específicos y continúa luchando contra opositores de izquierda, utilizando todas las posibilidades del poder estatal.

Así, pues, de esta manera, y con injerencia extranjera se mueve la política en nuestro continente con presiones y manipulaciones que buscan solo fines electorales y no de desarrollo de la población.

Bogotá, D. C, 10 de octubre de 2020

*Periodista y Abogado.

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Gabriel Ortiz

Por Gabriel Ortiz*.- “Esta es mi verdad y no la cambio”, dicen los colombianos. Nadie admite equivocaciones, mentiras, despistes, o malas intenciones. De un tiempo para acá, el pregón de la verdad se ha adueñado de este país, cada vez más polarizado y repleto de odio, conducido por una dirigencia que sacrifica lo que sea, para obtener dignidades, adeptos, privilegios, ventajas, beneficios, absoluciones, o lo que sea.

Todos son poseedores de la verdad y a nadie se la admiten. Posan de prohombres absolutos para un país que quiere liberarse, sanearse y pacificarse, con equidad, justicia social y democracia participativa. Aplican trampas y “jugaditas” para usurpar los derechos de un pueblo honrado, trabajador y progresista que quiere alcanzar progreso, independencia, desarrollo y felicidad para 50 millones.

Como únicos poseedores de la verdad, se tienden como burros muertos en la mitad del camino para impedir que haya la menor posibilidad de que Colombia sea de todos, por todos y para todos. Su verdad busca lo contrario: apartar este país de convivencia, igualdad, tolerancia y perdón.

Nuestra justicia se presta para buscar “chivos expiatorios”, que escudan los más crueles crímenes, persecuciones, fraudes y rapiñas. El pillaje y el asesinato son moneda común. La guerra nos ha rodeado desde siempre, por parte de liberales o conservadores; comunistas o “godos”; castrochavistas o uribistas; o izquierdistas o derechistas.

Han inventado toda suerte de sanciones para que, los gobernantes de cada época, puedan garantizar y usufructuar sus privilegios. Ejemplo jocoso lo narra Humberto de la Calle en su última columna con la “ley de los caballos” de Rafael Núñez. Y qué decir de las normas para arrebatar tierras a los campesinos y alimentos de los niños, o las que permiten manipulación de testigos y legalizar la corrupción.

Por todo ello es que la “pelea” se centra en los falsos poseedores de la verdad. ¿Quién asesinó a tal o cual? Es la pregunta sin respuesta, porque los dueños de la verdad, solo la utilizan para desvirtuarla. Los crímenes de Rafael Uribe Uribe, Gaitán, Galán, Gómez Hurtado, han quedado en la más completa oscuridad.

Han encontrado o disfrazado culpables, cuidadosamente ubicados por los poseedores de la verdad absoluta quienes, desde el mismo instante en que ocurre el delito, se lo endilgan a quienes necesitan señalar, mancillar o borrar.

Para los asesinatos de estos líderes se han precintado culpables, que por años los han dejado en la impunidad. Así se ha descubierto el caso del magnicidio del líder Alvaro Gómez Hurtado. Las Farc, confesaron el crimen, para el cual los dueños de la verdad ya habían perfilado otros culpables. Y así ocurre con todo lo nuestro. Aquí la verdad no existe y no existirá jamás, porque detrás de cada verdad hay un interés, un odio y una carencia de perdón que lo impiden.

BLANCO: Acertó el Presidente Duque: llega el ministro Wilson Ruiz, con propósitos de paz, reconciliación, justicia, reparación, no repetición y verdad.

NEGRO: Los buenos propósitos de Biden para Colombia.

Bogotá, D. C, 10 de octubre de 2020

*Periodista. Exdirector del Noticiero Nacional, Tele Matinal y Notisuper.

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Carlos Villota Santacruz

Por Carlos Villota Santacruz*.- A menos de un mes del día “D” en la carrera presidencial a la Casa Blanca entre Donald Trump y Joe Baiden emerge el espectáculo de la comunicación política, bajo el estereotipo de derecha e izquierda. En el marco de la emergencia sanitaria del Covid-19 la campaña que está por concluir no solo ha sido atípica, sino que pasó a convertirse en un ciberespectaculo  con pronóstico reservado en el final del proceso electoral.

El espectáculo que estamos observado por los medios de comunicación y las redes sociales necesitan de héroes. Tanto el Partido Republicano como Demócrata han hecho de sus candidatos un producto mediático de masificación con el único propósito de obtener la victoria, incluso con debates sin propuestas y ataques directos, que en nada contribuyen a la necesidad que tienen hoy los ciudadanos norteamericanos de escuchar propuestas y mejorar su calidad de vida.

La gran pregunta que surge es: ¿si así es la campaña como será el gobierno del triunfador? En mi calidad de consultor debo recordar a los lectores que la estrategia de comunicación no se agota al finalizar al finalizar el proceso electoral sino que es imprescindible a la hora de gobernar. Mantener un buen nivel de aprobación pública es un desafío para Trump o para Baiden.

Sin ir más lejos, la comunicación política es una herramienta que está en función de las medidas políticas, no es la resolución en sí misma, sino un soporte para la toma de decisiones. En una palabra, gobernar es gobernar y comunicar es comunicar. Gobernar implica comunicar, pero no es lo mismo. Una gestión necesita una buena comunicación, pero la buena comunicación no reemplaza una mala gestión.

El desafío que tiene por delante quién resulte ganador de la elección del mes de noviembre en los Estados Unidos es reconstruir la política y la sociedad, en medio de una crisis de representatividad. “Es la imagen de la política como actividad humana la que está en riesgo, no sólo la de un sector en particular. Lo que se habla en las calles de New York, Miami o Atlanta es: “bata ya de la política espectáculo. No necesitamos entretenimiento, sino propuestas. La sociedad norteamericana desprendida de cuestiones de gobierno facilita la concepción de la política ligth. El desafío es comunicar frente a una sociedad en la que las identidades políticas se han diluido sostenidamente, es más heterogenea políticamente, diferenciada socialmente y apática cívicamente. A propósito de este comentario usted que piensa: E mail Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

Bogotá, D. C, 10 de octubre de 2020

*Internacionalista, Comunicador Social y Periodista, experto en marketing político. Escritor. Coautor del libro “Gobierne bien y hágalo saber”

 

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José G Hernández

Por José G. Hernández*.- Desde la opinión, quienes observamos desenvolvimiento de las actividades públicas estamos en el deber de expresar nuestras inquietudes acerca de ellas, a hacer advertencias y a dejar constancias. 

Una reflexión prioritaria es la relacionada con la característica fundamental de nuestra organización política: aquella en la que hicieron énfasis los delegatarios a la Asamblea Constituyente de 1991, y en la que han insistido numerosas sentencias de la Corte Constitucional desde 1992: el Estado Social y Democrático de Derecho (Art. 1 C.P.). ¿Lo es de veras el actual Estado colombiano? ¿O, por el contrario -como muchos nos tememos que ocurre-, no pasamos de las declaraciones, las formalidades, las promesas electorales y los lemas, y la manera como operan nuestras actuales instituciones no corresponde a esos ideales en los que creemos los demócratas?

Algunos elementos de juicio para una respuesta. Hace cuatro años se llevó a cabo un plebiscito para establecer si el pueblo colombiano aceptaba o no el Acuerdo de Paz firmado por el presidente Santos con las Farc. En las urnas ganó la opción negativa, pero -a ciencia y paciencia de la Corte Constitucional- el Congreso asumió (se tomó) el papel del pueblo, dio por refrendado el texto y dictó normas de rango constitucional y legal para su implementación y desarrollo. Eso no es democrático. Como no lo es que, existiendo denuncias serias sobre posible compra de votos en el proceso de elección del actual presidente de la República, éste no salga -como debiera hacerlo- a reclamar que se adelanten todas las investigaciones electorales y penales por las autoridades competentes, para disipar cualquier duda, de modo que el asunto sigue en la penumbra.

Por A.L. 3/11 se modificó la Constitución, y de manera expresa se aplazó indefinidamente la vigencia del Estado Social de Derecho, so pretexto de la sostenibilidad fiscal. Y la Corte Constitucional no encontró reparo.

Elemento fundamental en un Estado de Derecho consiste en el control político sobre el Gobierno y la administración. No lo está ejerciendo el Congreso. Las cámaras citan a un ministro; no asiste si no quiere, con cualquier disculpa; lo vuelven a citar; no concurre, con otra disculpa, y los congresistas la aceptan sin ningún sentido crítico.

Sobre un asunto tan delicado como la invasión por el Gobierno de la órbita propia del Senado en lo que atañe al tránsito de tropas extranjeras por el territorio, nada reclama oficialmente el Congreso; se desobedece una orden judicial, y es probable que la moción de censura propuesta sea mayoritariamente denegada.

Ningún examen se hizo este año en el Congreso sobre los muchos decretos legislativos dictados por el Gobierno al amparo del Estado de Emergencia, pese a los perentorios mandatos del artículo 215 de la Carta. No hubo control político, ni control legislativo.

El Ejecutivo, en un sistema de separación funcional, no debe sentenciar, ni decir a los jueces cómo resolver sobre asuntos a su conocimiento. Debe permanecer en su ámbito de competencia y dejar que los jueces y tribunales decidan, y acatar las sentencias. Pero en la práctica suele acontecer exactamente lo contrario. Y muchos fallos son ignorados, tergiversados o incumplidos.

¿Estado de Derecho?

Bogotá, D. C, 8 de octubre de 2020

*Expresidente de la Corte Constitucional

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Víctor G Ricardo

Por Víctor G. Ricardo*.- El coronavirus continúa, los nuevos contagios han bajado pero en los últimos días también se ha visto un repunte. Los fallecidos como consecuencia del mismo también han disminuido, pero si no nos cuidamos, ambas cifras pueden aumentar.

Las aglomeraciones son el mayor peligro y no se puede pensar que porque se puede salir todo pasó. La gente se queja por las circunstancias que estamos viviendo y hasta comentan que mientras a nosotros nos ha tocado vivir esta pandemia, los abuelos vivieron sin mayores dificultades en la vida, pero no se dan cuenta que a los que les ha tocado las menores dificultades es a los jóvenes.

Por eso es importante recordar todo lo que vivieron nuestros abuelos o tatarabuelos.

Hace 104 años, cuando un ser humano tenía entre 14 a 18 años, les tocó vivir la priemera guerra mundial que tuvo como resultado además de la destrucción de muchos lugares, veintidós millones de muertos y poco después se presentó la una pandemia llamada la gripe española que dejó cincuenta millones de muertos.

Cuando las personas tenían 29 años se vino la peor crisis económica del mundo, se derrumbó la bolsa de New York y se incrementó a cifras inimaginables la inflación, el desempleo y por tanto el hambre.

Cuando las personas tenían treinta y seis años se presentó la guerra civil española, tres años después la segunda guerra mundial, el holocausto con la muerte de seis millones de judíos y trece años más tarde se desata la guerra de Corea y Vietnam.

En el caso colombiano además debemos agregarle la guerra que tuvimos con el Perú, la guerra entre liberales y conservadores en la que se mataban unos con otros por el solo hecho de pertenecer a un partido, el conflicto de más de sesenta años con las guerrillas colombianas como las Farc, el Eln, el M19, el Quintín lame, el Epl y algunas otras, ya que en nuestro país ha tenido influencia las distintas vertientes ideológicas, como la revolución cubana, la China, la liberación indígena, entre otras.

Y la peor que hemos vivido que es el narcotráfico y la corrupción. Un niño que nació en los 80 piensa que los abuelos no tienen ni idea de lo difícil que es la vida hoy, pero la mayoría de ellos han sobrevivido a varias guerras y catástrofes. Hoy tenemos todas las comodidades en la mayoría de países, con un mundo moderno,  y se presenta la pandemia del coronavirus, que hasta ahora muchos vivimos o conocemos y la gente se queja porque hemos estado en cuarentenas en nuestras casas para que el virus no se propague;  pero en sus casas tienen electricidad, teléfono, comida, viviendas con techos sólidos, agua caliente, etc.  Nada de esto existía en muchos de la 120 años anteriores; sin embargo la humanidad sobrevivió y nunca perdió su alegría de vivir y menos pensó en organizar protestas donde la violencia destruyera lo bienes que son de todos.

Hoy nos quejamos porque tenemos que usar tapabocas para estar en reuniones o entrar a los supermercados, cuando deberíamos entender que es así que podemos evitar contagiarnos del coronavirus y así podemos estar seguros de salvarnos.

Bogotá, D. C, 8 de octubre de 2020

*Excomisionado de Paz

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