Por Horacio Serpa.-Hace 10 meses regresé al Senado después de 24 años de haber renunciado para ir a la Constituyente. Fui elegido por el Partido Liberal que varias veces dirigí, al cual pertenezco ininterrumpidamente desde 1959, cuando siendo un colegial sin ciudadanía me afilié a las juventudes del Movimiento Revolucionario Liberal.

Busqué llegar al Congreso para colaborar en el logro de la paz, apoyando en este objetivo al Presidente Santos en su búsqueda de acuerdos de convivencia con las Farc, en las conversaciones de La Habana.

Muy satisfactorio fue volver a la dirección de mi Partido. No lo esperaba. Hace 7 meses, gracias a la confianza de Simón Gaviria y a la generosidad de la bancada liberal en el Congreso, formo parte de la Dirección Nacional Liberal en compañía de once Senadores y Representantes que de buena fe, comprometidos con la divisa roja, asistidos por un fervoroso deseo de acertar, trabajamos por el País desde la democrática y social plataforma del liberalismo colombiano. Dichoso participo en esa tarea.

Seremos en octubre la primera fuerza política de Colombia. Reorganizamos al Partido y trabajamos en la revisión de la propuesta programática. A finales de Julio haremos nuestro Congreso Ideológico y estamos buscando y escogiendo las mejores y los mejores candidatos a Gobernaciones, Alcaldías, Asambleas y Concejos.

Apoyamos la paz con decisión pero rechazamos la violencia en todas sus asquerosas características. El comportamiento de las farc en las últimas semanas ha sido perversa y criminal. Nos duele la muerte de policías y soldados y consideramos irracional la destrucción del medio ambiente y de la infraestructura social e industrial que pertenecen a todos los asociados. El acuerdo de negociar en medio del conflicto no es patente de corso para acabar al país.

Apoyamos la gestión de gobierno del Presidente Santos. Lo apreciamos como persona, como demócrata, como gobernante sano y bien intencionado. Pero como Partido asumimos la independencia crítica y el control político. Reclamamos que a los opositores les respeten sus derechos y que a los amigos se nos trate como iguales. No estamos satisfechos con el desequilibrio que existe en las relaciones que el gobierno nacional tiene con los partidos de la Unidad Nacional.

El gobierno no muestra ningún interés por las propuestas programáticas del liberalismo. El monopólico manejo de los asuntos de la paz no le gusta al liberalismo. En muchos Ministerios e Institutos existen barreras para las iniciativas liberales. No es apropiado que solo un Partido de la Unidad Nacional pueda mostrarle al país las realizaciones del gobierno, el cual no mira el desgaste que significa respaldarlo.

El liberalismo lucha por defender a la clase media y por derrotar la pobreza. Estará en primera fila apoyando la búsqueda de la paz. Apoyará propuestas muy edificantes en la presenta campaña y con el apoyo de millones de compatriotas alcanzará la victoria que le permita trabajar con éxito por la Presidencia de la República en las elecciones del 2018.

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