Ya lo había advertido S & P en un Informe reciente: “la perspectiva de muchos años de penuria económica y dolorosas reformas en Europa (y en menor extensión, en Estados Unidos) podrían crear una reacción política inesperada, cambiando el curso general de la política internacional”. 

Y ello es lo que ha venido dándose, cada vez son mayores los brotes proteccionistas en materia comercial y las restricciones al libre flujo de capitales. Ello, sumado a las medidas contraccionistas, se traduce  en una menor demanda por importaciones. Y es bien sabido que desde 2006 la UE se constituyó en el primer mercado chino para sus exportaciones, con un balance a su favor en 2011 del orden de los 155.900 millones de euros, razón por la cual serán las más afectadas con tales medidas.

Por su parte, la economía estadounidense aunque ha tomado un segundo aire gracias a una ligera caida en la tasa de desempleo, la que a su vez sirve de galvanizador del consumo interno, el cual tiene un gran peso en el PIB. No obstante, Ben Bernanke, Presidente de la Reserva Federal (FED), al justificar el congelamiento de la tasa de interés de intervención en los bajos niveles actuales (0.25%) hasta el 2013, se dolió de que “pese a las recientes señales de mejora, la recuperación ha sido frustrantemente lenta”. La desaceleración del crecimiento de la economía de EEUU y su lenta recuperación también está afectando la dinámica de sus importaciones y nuevamente las exportaciones chinas son de las más afectadas, habida cuenta que el 19% de las importaciones estadounidenses provienen de China.

Así las cosas, como lo afirma Koldo Echebarría, “el contexto global está sometido a una gran incertidumbre y volatilidad”, en el que no sería de extrañar que, como lo sugiere el Economista Jefe del FMI Olivier Blanchard, “el mundo podría sumergirse en otra recesión”, dado que “la recuperación mundial, que ya era débil, está en peligro de estancamiento”. Y lo más grave es que tanto en la UE como en Estados Unidos se olvidaron de Keynes y sus políticas contracíclicas y volvieron a las andadas de la ortodoxia neoliberal. Ahora no se habla de otra cosa distinta del ajuste fiscal a ultranza, poniéndole de esta manera el freno de mano al crecimiento. El propio FMI reconoce que “un mayor ajuste fiscal durante la ralentización podría exacerbar, más que aliviar, las tensiones del mercado a través de su impacto negativo en el crecimiento”.

Olivier es categórico al afirmar que un “ajuste fiscal demasiado rápido puede matar el crecimiento”. Y lo que se espera el próximo año, tanto en la UE como en EEUU es más de lo mismo, más ajuste fiscal! Por ello, no están muy descabalados el FMI y las Naciones Unidas cuando ya se atreven a revisar a la baja sus proyecciones de crecimiento del PIB global. El FMI espera ahora un crecimiento de la economía global para el 2012  del 3.3%, 0.7 puntos menos que su pronóstico de septiembre de 2011; según las proyecciones de las Naciones Unidas dicho crecimiento se limitaría a apenas el 2.6%, entre tanto los cálculos del Banco Mundial sólo le dan para un crecimiento del PIB de 2.5%.

El impacto de este entorno tan negativo no se hará esperar en Latinoamérica, cuya economía volvió a ser tan dependiente como enantes de sus exportaciones de productos primarios , que son las primeras afectadas por la desaceleración del crecimiento de la economía global, pero muy especialmente de la ralentización del crecimiento de las economías emergentes. A menor crecimiento del PIB menor demanda por materias primas y ello, lógicamente repercute presionando sus precios a la baja. De hecho, se ha venido registrando un descenso acentuado y sostenido de los precios de gran parte de las materias primas; en diciembre pasado el Banco Mundial llamó la atención sobre este fenómeno que , a no dudarlo representa una amenaza para los países exportadores de las mismas.

Energéticos, el grupo de bebidas, aceites y grasas, granos, el azúcar, todos muestran una tendencia a la baja. El precio del café, por ejemplo, ha perdido en lo corrido del año más de 85 centavos de dólar (¡!). Y todo indica que esta tendencia se mantendrá por lo menos durante el año 2012; en ello coinciden el FMI, el Banco Mundial y The Economist. Esta coyuntura de bajos precios, que se puede prolongar, va a poner a prueba la resiliencia de la economía latinoamericana en general y la colombiana en particular. En esas estamos!

 

Valledupar, marzo 23 de 2012

 

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