Observamos con curiosidad cómo durante los cuatro años del mandato de Luis Alfredo Ramos, el Departamento de Antioquia multiplicó los gastos de publicidad para que los medios de comunicación utilizados, impusieran la imagen del gobernador y sus reales o supuestos logros, con enorme castigo para el bolsillo de los contribuyentes. 

Se pagaron sumas exorbitantes de dinero en todos los medios de comunicación, sin considerar el grado de penetración que hubieran podido lograr  en la opinión pública y por ende la relación costo beneficio para el ente oficial, en derroche desconsiderado del dinero sagrado de los antioqueños.

Una exploración inicial de tales gastos en la Gobernación, la Fábrica de Licores, Indeportes, Beneficencia de Antioquia, Instituto para el Desarrollo de Antioquia y Dirección de Salud,  que no incluye por ahora a la Empresa de Vivienda de Antioquia –Viva-, cuenta con el soporte de certificaciones oficiales de las entidades citadas.

Es afrentosa y hasta subversiva la realidad encontrada: el gobierno de Ramos Botero gastó en los cuatro años de mandato la no despreciable suma de $ 85.722’133.345,oo en publicidad, casi toda dedicada a promover su imagen y las ciertas o supuestas realizaciones de su gobierno; algunas de ellas, meras promesas de papel como lo demostré en un artículo anterior.

Es verdad que la Fábrica de Licores y la Beneficencia de Antioquia venden productos que requieren publicidad y que la Dirección de Salud debe adelantar campañas de prevención y promoción, pero se les fue la mano. ¡Y de qué manera tan escandalosa!

La Gerencia de Comunicaciones de la Gobernación fue la más pródiga: durante el año 2008 gastó en publicidad, libros y similares, la suma de 8.927 millones; en el 2009, 8.289 millones; en el 2010 pagó 5.817 millones y durante el último año de gobierno 6.630.  Así resulta un total de 29.662 millones.

El Instituto para el Desarrollo de Antioquia,  sin tener que mercadear productos o servicios, gastó cifras astronómicas: 612.130 en el primer año, 1.325 en el segundo, 2.444 en el tercero y 2.892 millones en el último año.

Es notable que en el 2011, último año de mandato y en plena vigencia de la ley de garantías, se incrementaron los gastos de publicidad, en todas las dependencias, excepto en la Gerencia de Comunicaciones de la Gobernación. Hay muchos hallazgos sorprendentes en esta revisión objetiva  de tales cuentas: se entiende, por ejemplo, el motivo de adhesiones incondicionales  y a veces obsecuentes de algunos medios a los candidatos del exgobernador Ramos a las corporaciones públicas y a su candidato continuista a la Gobernación de Antioquia.

Duele presentar estas tristes realidades, pero más tristeza da saber que con tanto dinero se hubieran podido construir 2.857 viviendas de interés social para los antioqueños pobres, o abrir 429 quilómetros de carreteras veredales, con desagües incluidos.

Ese dinero equivale a 9 veces el presupuesto de municipios como Dabeiba, Frontino, Amalfi o Valdivia. Ramos, el despilfarrador, se gastó 59 millones de pesos diarios en publicidad, incluyendo festivos. ¡Qué horror!

Esta es apenas una aproximación al monto de los costos del Departamento, para mantener tan alta la imagen de Luis Alfredo Ramos Botero ante la opinión pública.  Pero sí sabemos con exactitud quiénes los pagamos.

 

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