Por Felicia Saturno Hartt. Foto: Efe.- Kersti Kaljulaid, representante de Estonia en el Tribunal de Cuentas de la Unión Europea (UE), se convirtió, este lunes, en la primera mujer elegida presidenta del país báltico, tras recibir el apoyo de la mayoría de los diputados del Parlamento.

Kaljulaid, de 46 años y única candidata al cargo en la sesión extraordinaria celebrada en el Riigikogu, el Parlamento estonio, recibió 81 votos, por encima de los 68 necesarios para ser designada jefa del Estado.

La elección quedó de nuevo en manos del Parlamento después de que la Cámara celebrara tres votaciones fallidas a finales de agosto y de que en septiembre un colegio electoral formado por 335 miembros tampoco lograra elegir, en dos votaciones, a un sustituto para el socialdemócrata Toomas Hendrik Ilves, que deja el cargo tras el máximo legal de dos mandatos.

A esas votaciones infructuosas se habían presentado reconocidos y populares políticos estonios, como el ex Comisario europeo Siim Kallas o la ex Ministra de Asuntos Exteriores Marina Kaljurand, que dimitió en septiembre para luchar por la Presidencia del país. Pero ninguno consiguió las mayorías necesarias y todos decidieron no presentarse a este último intento.

Kaljulaid es una figura relativamente desconocida que trabajaba hasta ahora en el organismo europeo encargado de controlar y vigilar la utilización de los fondos europeos. Fue nominada el domingo por 90 de los 101 miembros del Parlamento y apoyada por los principales partidos políticos del país.

A comienzos de siglo, fue miembro de la formación política Unión Pro Patria, predecesora del actual partido conservador Unión Pro Patria y Res Publica.

Se describe a sí misma como conservadora liberal, al apoyar políticas económicas conservadoras pero con un punto de vista liberal en materia social.

La única y sorprendente candidata a la jefatura del Estado hoy se licenció como bióloga antes de realizar un máster en dirección de empresas.

Trabajó en el sector de las telecomunicaciones y la banca y fue asesora del Gobierno estonio y comentarista política en radio antes de comenzar a trabajar en el Tribunal de Cuentas europeo en 2011.

Analistas políticos estonios celebraron el nombramiento de una candidata "no política" para poner fin a un proceso que se estaba convirtiendo en un bochorno para el sistema político del país.

Entrevistada en vísperas de la elección por la televisión pública, abordó los principales asuntos de la actualidad, desde las sanciones europeas a Rusia hasta la corrupción en Estonia, el papel de las mujeres o el futuro de la UE después del "brexit" británico.

Las sanciones a Rusia "no han funcionado hasta el momento, pero eso no es motivo para abandonarlas", señaló, según recoge la radiotelevisión pública.

La primera mujer elegida jefa de Estado en Estonia destacó además que el país báltico todavía tiene que esforzarse para lograr la igualdad de género.

Tras subrayar las "importantes diferencias salariales" que persisten entre hombres y mujeres, consideró que Estonia tiene el mismo problema que muchos otros Estados occidentales, donde igualdad de oportunidades para las mujeres supone que éstas tengan que asumir papeles masculinos.

 

La nueva presidenta también expresó un leve escepticismo al hablar de una mayor integración europea, convencida de que la UE deben centrarse en cuestiones que puede abordar mejor que los estados miembros de forma individual, como la política de investigación o las cuestiones medioambientales.

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