Vista del hemiciclo del Parlamento Europeo, en Estrasburgo (Francia). EFE/Archivo

Estrasburgo (Francia) - Esta vez los eurodiputados dieron luz verde al conocido como acuerdo Swift -por el consorcio bancario que registra la mayor parte de las transacciones- y lo hicieron por una mayoría clara: 484 votos a favor, 109 en contra y 12 abstenciones. 

La aprobación -con votos a favor de conservadores, socialistas y liberales- pone fin a meses de disputas del Parlamento con la Comisión Europea y los gobiernos, que finalmente accedieron a varias de las demandas de los diputados.

En concreto, la presión parlamentaria ha llevado a aceptar la creación de cara al futuro de un programa europeo de seguimiento de la financiación del terrorismo equivalente al de Estados Unidos, que serviría para poner fin a la transferencia masiva de datos bancarios.

La Comisión Europea se ha comprometido a presentar una propuesta en el plazo de un año para crear una estructura que permita a la UE analizar la información en su territorio y transmitir al otro lado del Atlántico sólo datos relacionados con pistas terroristas concretas.

Mientras tanto, continuará esa transferencia "en bruto" que tanto ha criticado el Parlamento Europeo, pero lo harán con más controles, pues todas las solicitudes de información estadounidenses tendrán que ser aprobadas por Europol.

Además, se establece que el uso de los datos en EEUU será vigilado por un grupo de supervisores independientes, en el que figurará un representante de la UE.

El compromiso garantiza al mismo tiempo que el volumen de datos que se transmita será el más reducido posible y que los ciudadanos europeos tendrán derecho a apelar en caso de abuso.

El acuerdo, tras unos meses de vacío legal, entrará en vigor el 1 de agosto y tendrá una duración de cinco años, aunque luego se podrá renovar por un año.

"Hemos logrado importantes mejoras", destacó justo antes de la votación el ponente del texto en la Eurocámara, el alemán Alexander Alvaro.

Las concesiones obtenidas a última hora -algunas incluso después de que Bruselas y Washington cerrasen las negociaciones- han convencido a socialistas y liberales, que en febrero se opusieron junto a los grupos de izquierda al anterior texto.

Hoy, sólo Los Verdes, la Izquierda Unitaria Europea y algunos euroescépticos votaron en contra del compromiso, al considerar que no satisface realmente las demandas del PE, en especial, al continuar por el momento con la transferencia masiva de datos.

Por su parte, la Comisión Europea expresó su satisfacción a través de su presidente, José Manuel Durao Barroso, quien destacó el "equilibrio" conseguido entre "la necesidad de garantizar la seguridad de los ciudadanos ante la amenaza del terrorismo y la necesidad de salvaguardar sus derechos fundamentales y libertades civiles".

Aunque recrudecido en los últimos meses, el caso Swift ha sido un punto de enfrentamiento entre las instituciones europeas desde que en 2006 se descubrió que Washington accedía en secreto a las transacciones bancarias en el marco de la política antiterrorista tras los ataques del 11 de septiembre de 2001.

Fuera del fondo del asunto, el dossier se ha convertido en el símbolo del poder reforzado del Parlamento Europeo tras la entrada en vigor del Tratado de Lisboa.

El veto en febrero de un acuerdo que EEUU considera clave para su seguridad supuso una demostración de fuerza sin precedentes por parte de la Eurocámara.

"Hay que aprender importantes lecciones institucionales de esta experiencia", resaltó hoy el presidente del PE, Jerzy Buzek, que confió en que a partir de ahora la Comisión Europea y los gobiernos traten al PE como un "igual" a lo largo de todas las negociaciones con terceros países, sobre las que ahora tiene poderes clave

EFE

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