Por Felicia Saturno Hartt. Foto: Ecos.- Hace unos años ninguna persona podría pensar que la Ciudad de Zug, esa gentil comuna suiza, equidistante de Lucerna y Zurich, iba a convertirse en la primera localidad en aceptar la moneda digital.

La ciudad de Zug pretende convertirse en centro de una suerte de Crypto Valley. A partir de julio, sus habitantes podrán pagar tasas municipales en bitcoins, una señal ccontundente para todas las industrias financieras de la región.

El alcalde Dolfi Müller está superado por la gran cobertura mediática. Habían estado buscando nuevos medios para el desarrollo económico en el ayuntamiento. “Y en Zug han dado ejemplo con bitcoin, para subirse al tren de la tecnología del futuro”, dice. Lo que no esperaban es que iban a escribir historia en el pueblo.

Zug es el primer municipio del mundo en aceptar la moneda digital. Los principios serán modestos y los depósitos se limitan a 200 francos. El alcalde Müller quiere contener el riesgo en esta primera fase y todavía hay mucha controversia en torno a los bitcoins y siempre hay intentos de estafa y oscilaciones en la cotización.

Por eso, los pagos entrantes en bitcoins se cambian inmediatamente a francos suizos. “Para ello hay una especie de bolsa de intercambio”, explica el burgomaestre, "y así nos aseguramos de que no haya pérdidas en cuestión de nanosegundos".

Bitcoin para todo tipo de transacciones

Con su lago y su panorama alpino, el pueblo suizo de Zug es un pueblo de cuento. Los impuestos son bajos y los precios de los alquileres están por los cielos. Hay una población bastante internacional. Y tal vez por eso los paseantes reaccionan positivamente ante las ofertas de bitcoins. Pocos se quejan de la falta de transparencia de esta cripto-moneda.

El hecho de realizar transacciones sin la intermediación de bancos provoca en muchos ciudadanos, incluso, más placer que miedo. Por ejemplo, una mujer que trata de llevar a cabo un proyecto de castración de los gatos callejeros en Santorini. Sería difícil recaudar grandes cantidades para ello, aclara. Por lo tanto, ahora está interesada en la microfinanciación y las bitcoins son ideales debido a que no conllevan comisiones bancarias.

Sin embargo, el uso de los bitcoins en la práctica es todavía escaso porque no se suelen aceptar ni en hoteles ni en comercios ni en restaurantes. Solo el doctor Abbas Hussain-Probst acepta la moneda virtual cuando se trata de aliviar el dolor de muelas de sus pacientes. Falta algo de confianza en la moneda digital, aclara el dentista. Solo algunos pacientes le pagan con bitcoins, y todos proceden del sector de las nuevas tecnologías. Precisamente, la clientela a la que querían llegar los impulsores de la iniciativa de los bitcoins.

De Crypto Valley a la economía global

Actualmente, alrededor de 20 empresas de la industria del sector Fintech (tecnología de finanzas) se han establecido entre Zug y la vecina Baar. Una de ellas es Bitcoin Suisse. La compañía opera servidores en los Alpes suizos que emiten bitcoins a través de complejas operaciones matemáticas. Y para que la moneda se popularice, las compañías también tienen cajeros automáticos.

Como el restaurante Kafi Schoffel en Zúrich, donde se pueden cambiar francos suizos o billetes de euro por una tira de papel. Al escanear el código QR impreso con el móvil, la moneda adquiere su validez y los clientes podrán pagar así su capuccino.

Para el Director General de Bitcoin Suisse, Niklas Nikolajsen, aún pasarán varios años hasta que las monedas digitales prevalezcan a gran escala. No tiene dudas de que tendrán éxito.

También porque la moneda digital permitirá acceder a gente a la economía global que, de otra forma, no accedería. “Un conductor de taxi en Nairobi no puede trabajar con tarjetas de crédito por sus altas tarifas”, explica Nikolajsen, “pero puede comprar un smartphone usado por cinco dólares y aceptar pagos en bitcoins”.

Comments powered by CComment